Con la salida de Camila Cabello de Fifth Harmony nadie tenía muy claro cuál era la posición que debía ocupar la estrella adolescente en la industria. El primer intento fue tratar de convertirle en un ídolo latino de la mano de Pitbull con aquel Hey Ma reventón que no terminó de cuajar. Tras este se volvió a recurrir al pop acomodado y facilón en el que llevaba viviendo Cabello desde sus inicios. Y con Sia en la letra, y Benny Blanco junto a Cashmere Cat en la producción, se lanzó Crying In the Club como single de presentación de la carrera de la estrella en solitario (acompañado de una sencilla I Have Questions que actuaría de buzz single). El tema terminó siendo un fracaso en ventas alcanzando únicamente la posición #47 en Billboard y dejando la supuesta prometedora carrera de Camila como solista completamente estancada.
Llegados a este punto el miedo comienza a ganar terreno y decidieron dejar en manos del público la solución. Simco volvió a sacar dos nuevas caras de Camila, en función de las tendencias que lideraban la industria en ese momento, y dejó aparcado todo lo recorrido hasta ahora. Por un lado, OMG un tema de base trap junto a Quavo donde Cabello casi suelta versos más que cantar y contaba con Stargate (al que frecuentemente recurrían en Fifth Harmony) en la producción. Y por el otro, Havana un tema pop con raíces latinas, letra autobiográfica y un equipo con el que Camila no había trabajado anteriormente. Curiosamente el primero de ellos se posicionó mucho mejor desde su lanzamiento, hasta que por obra y milagro el mundo decidió enamorarse de Havana y terminó convirtiendo la canción en uno de los temas más potentes del 2017.
Cabello había encontrado su sonido, y de todo esto terminó surgiendo Camila, su primer álbum en solitario. En numerosas entrevistas la estrella defendió este primer disco como un proyecto inspirado por sus orígenes. La música latina que escuchaba en su niñez y que le ha acompañado hasta el presente. Sin abandonar, por supuesto, el pop que tantas alegrías le había dado. Es curioso, por tanto, ver que en el resultado final del álbum este sabor latino se haya quedado en una simple anécdota. Nos encontramos únicamente su presencia en el aplaudido Havana, las escondidas guitarras españolas y los ritmos de She Loves Control y la base tropical de Inside Out. El resto lo rellenan medios tiempos pop sin personalidad, repetitivos y olvidables (Something’s Gotta Give). Si tuviéramos que salvar algo serían algunos de sus elegantes momentos de pop acústico que se marca en temas como Real Friends y la discreta producción de Frank Dukes (Frank Ocean, Rihanna, Lorde) en la que prioriza la voz de la estrella frente a las bases para cuidarla y conseguir que destaque.
El equipo tras Camila es demasiado brillante para terminar consiguiendo un resultado tan deficiente. Louis Bell (Post Malone), Noonie Bao (Charli XCX), Amy Wadge (Ed Sheeran), Kuk Harrell (Beyoncé)… Curiosamente muchos de los productores y compositores que acompañan a Camila en el álbum han construido grandes éxitos en el mundo del rnb y hip-hop. Sin embargo, de este sonido en Camila tampoco encontramos ni rastro. De nuevo el protagonista es un pop vacío, con temas como Into It, con Ryan Tedder en el equipo, que nos aportan más bien poco. No hay herencia cubana por ningún lado, ni una apuesta por la escena mexicana a la que tanto cita la estrella. Es un proyecto comercial envuelto con la bandera americana que, además, carece de hits remarcables y cohesión. Es cierto que a nivel literario ha ganado bastante en solitario, pero tampoco era muy difícil teniendo en cuenta las inmaduras temáticas que abordaban Fifth Harmony como banda. Ahora Camila nos cuenta cómo es tomar el control de su propia vida, escapar de las presiones, vivir la libertad, pero a la vez sentir la soledad de la misma. Y, como no, alguna anécdota de amor adolescente, que al fin y al cabo solo tiene veinte años.
Ni rastro de aquellas supuestas letras oscuras que prometía en su álbum debut, ni rastro de referencias a la salida de su grupo y su evolución personal como artista. Tristemente, Camila es uno de esos álbumes que olvidaremos con el tiempo, a pesar de haberse colocado #1 en iTunes en más de 100 países, y del que únicamente, y con suerte, recordaremos Havana con cariño. Es un proyecto que está más marcado por la personalidad y el ángel de su autora, que alcanza masas y consigue levantar cualquier tipo de promoción, que por su calidad musical. Aún así, ya es un logro haberse consolidado como estrella solista a tal velocidad. Ya tendrá tiempo para regalarnos un buen disco en el futuro, esperamos.
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