Catorce años después de la aparición del EP "In The Reins" (Overcoat, 05), llega el segundo capítulo de la colaboración entre dos artistas ya imprescindibles como son Calexico y Iron & Wine. Un retorno que se presume con más firmeza que la anterior entrega conjunta al presentarse en formato de álbum, aunque en realidad sólo sume un total de ocho canciones. Una convicción refrendada también por la calidad de los singles que adelantaron el lanzamiento: “Midnight Sun” y esa gema absoluta que es “Father Mountain”.
Expectativas generosas, por tanto, ante el presumible efecto sinergia resultante de juntar en el estudio a representantes importantes de la americana más fronteriza y el indie-folk contemporáneo. Unas esperanzas que, finalmente, se ven satisfechas… en parte. "Years To Burn" (Sub Pop, 2019) resulta ser un álbum agradable y bien recreado en su bonita melancolía, impregnado con la elegancia habitual de sus autores y con un meritorio efecto calmante. Una especie de balsa de aceite sin estridencias o sobrante claro, pero en donde no todas las seleccionadas consiguen emocionar con igual intensidad. Los aciertos evidentes se concretan en el trío inicial formado por “What Heaven's Left” y los dos sencillos mencionados, además de la hermosa “Follow The Water”. Como acompañantes aparecen otras composiciones más modestas del tipo de “Years To Burn”, los dos minutos anecdóticos de “Outside El Paso” o la fusión de tres piezas que deriva en “The Bitter Suite (Pájaro - Evil Eye - Tennessee Train)”.
Una referencia ligeramente descompensada entre sus dos mitades, en la que las peculiaridades artísticas de Sam Beam ganan en presencia e importancia definitoria a las de los propios Calexico. No obstante, el trazo de Joey Burns, John Convertino y compañía también resulta palpable en las texturas sonoras, sobre todo con la inclusión de esos vientos imprescindibles a la hora de definir la obra de los de Arizona. Un lanzamiento agradecido, pero incapaz de desechar definitivamente que el proyecto sea una especie de capricho de sus implicados. De lujo por el renombre de los responsables, sí, pero quizás un pasatiempo al fin y al cabo.
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