Cazimi
DiscosCaitlin Rose

Cazimi

7 / 10
Don Disturbios — 06-02-2023
Empresa — Pearl Tower Records
Género — Pop

He estado intentado averiguar, a partir de varias entrevistas realizadas con motivo de la edición de este disco, qué demonios le sucedió a Caitlin Rose para desaparecer de la primera línea de los focos y mantener la friolera de nueve años de silencio discográfico. Sin embargo, Caitlin no parece muy dispuesta a hablar, aunque deja entrever una profunda crisis, no solo creativa, también intensa en lo personal. Tuvo que suceder que en 2019 participara en un tributo al malogrado David Berman de Silver Jews, para que el gusanillo de la música se volviera a inocular en su ADN. Eso y que su amigo y productor Jordan Lehning no perdiera nunca la fe de que el retorno discográfico de Caitlin Rose iba a suceder. No sabía cuando, pero iba a suceder y así se lo hacía saber cada vez que se veían en su ciudad Nashville para almorzar.

Y ahora es cuando toca tirar de tópico y decir que la espera ha merecido la pena. Y aunque me desagrada ser tan obvio , tampoco es cuestión de faltar a la verdad. Caitlin Rose ha hecho un trabajo muy personal y medido. Un disco del que ella tenía que sentirse orgullosa de nuevo. Porque si algo tenía claro su autora es que no quería que le sucediera lo que le pasó con el segundo, en el que escribir junto a otros músicos como Gary Louris de The Jayhawks o incluir una preciosa versión de The Felice Broters (“Dallas”), le restó que sintiera el álbum como algo enteramente suyo. Una crisis de impostura que arrastró con desagrado y que tenía claro que no quería repetir.

Resulta obvio por tanto que “Cazimi” es un album que se acerca mucho más al pop-rock de autor que al ritmo trotón del country-pop de Nashville con el que Caitlin Rose ha sido amamantada toda su vida (su madre es autora de canciones para, entre otros, Taylor Swift y su padre es ejecutivo de la industria discográfica de la ciudad) aunque tampoco renuncie a él del todo, como demuestra en temas como “Getting It Right” (con participación de Courtney Marie Andrews) , “Gemini Moon” o la contagiosa “Holdin'”. Sin embargo, no es ese el sentir que inspira el tono del álbum que busca sin sonrojo la melodía, rozando incluso el power-pop de los desaparecidos Fountains Of Wayne (“Modern Dancing”). Un gusto por hacerlo tan intenso como bonito que tiene en temas como ese enorme broche final que es “Only Lies” o en “Lil' Vesta” el suficiente grado de contagio para perdonarle los nueve años de inactividad.

Pese a todo, no es menos  cierto que el disco  no alcanza ni de lejos el mismo grado de redondez sonora que sí tenía su álbum de debut. Trabajo irrepetible y  handicap que Caitlin va a arrastrar toda su vida discográfica. Igual la crisis creativa también venía por ahí.

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