Grupo de culto europeo en la más extensa acepción de ambas palabras, Monochrome ataca con la clase de siempre en “Cache”, equilibrada y casi perfecta mezcla de sonidos pop y actitud hardcore a la que nos tienen acostumbrados.
Quizá un pistón por debajo (en lo que a intensidad se refiere) que “Éclat”, su anterior lanzamiento y culpable de hacerles subir algún que otro peldaño más, las doce canciones que se esconden tras su sólido artwork, destilan reflexión y contrastes entre las voces de Marc Calmbach y Kate Complikate (que sustituye a Lisa Von Villerbeck), y supuran sobre todo lo esencial que Monochrome nos enseña: a crecer (no sólo) musicalmente sin olvidar las raíces. Como “Les Pantalons Heavy Metal” o “High Five” nos aleccionan, no se puede volver la cara al jazz o al pop por mucho que la rabia nos ciegue a los veinte: la jugada más inteligente es canalizar esa ira a través de una posición de dominancia, algo de lo que nos habla “Cache” a cada minuto, como una nueva reunión de café con almas gemelas construyendo un nuevo mundo a base de electricidad autista de lo trivial.
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