La joven banda madrileña Carrera formada por Carla Silván (bajo), Gonzalo Barbero (guitarra y voz), Hanna Grande (batería) y Tomás Avilés (guitarra y voz) comenzó su andadura en 2019 y en 2020, con una pandemia mundial por medio, lanzó su primer EP homónimo. Casi dos años después de su primer corta duración, llega con su álbum de debut de nueve canciones, “Cabeza en rutina”, con el que se adentran en los ambientes nostálgicos del noise pop y shoegaze de los años noventa sin dejar de lado la influencia del nuevamente en auge post-punk.
Es inevitable no pensar en los primeros Los Planetas o The Jesus And Mary Chain al escuchar Carrera, y es que la música de esta banda con experiencia previa ya en Noise Nebula o Homegirl cuenta con ese regusto oscuro con destellos que ya otras formaciones como Margarita Quebrada, La Trinidad, Medalla, incluso Dharmacide o La Paloma han venido ofreciendo en los últimos años. Carrera no arriesgan demasiado con su sonido, no parece estar entre sus planes, y parece que saben de sobra que casi nadie hoy en día es capaz de romper esquemas. En cambio, sí que saben cómo reavivar la frescura de esas bandas sensiblemente ruidosas con las que muchas personas empezaron a aficionarse a la música hace treinta años.
En “Cabeza en rutina” se sobrevuelan constantemente los cielos apáticos del pop más sombrío en el que las canciones transitan una y otra vez las dudas existenciales, incertidumbre y confusión de la juventud del presente sin culminar necesariamente en la negatividad habitual. Carrera parece querer recorrer su camino en la cotidianeidad y los problemas a través de la aceptación de lo dicho dando un mensaje surtido de oscilaciones de amor-odio sin posicionarse en ninguno de los dos extremos y siendo capaces de caminar hacia la típica luz al final del túnel, no sin antes hacer camino aprendiendo de la desgana vital del día a día.
Las voces apagadas y sin sobresaltos son una constante en este álbum que solamente rompe en algunos momentos de tensión en “Anticasting”, “Las cosas caducan” (gracias en parte a sus coros) o en las partes más guitarreras de “MVP” o “¿Y ahora qué?”, que pueden llegar a recordar a bandas como los desaparecidos Disco Las Palmeras! u Odio París.
“Cabeza en rutina” es una buena carta de presentación de una banda que promete pero que quizá deba encontrar un equilibrio entre el sonido de su EP, más directo, y este álbum, más atmosférico y sosegado. Todavía es pronto para dar un juicio justo y realista siendo una banda tan joven, pero el tiempo y las oportunidades para verlos en directo ayudarán a poner en su sitio todas las piezas, ya que la base y las herramientas ya las tienen. Puede sonar peyorativo juzgar así desde fuera, pero realmente parece que Carrera todavía tiene mucho más decir. Y aquí estaremos para celebrar que lo hacen dabuti, seguro que con una nota más alta que ese seis con seis que ellos mismos claman rehusar en una de sus canciones.
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