Cabeza de león
EntrevistasAvenged Sevenfold

Cabeza de león

Redacción — 16-11-2007
Fotografía — Archivo

El heavy metal ya no es territorio acotado para fornidos y corajudos guerreros. Eso ha pasado a la historia gracias a una nueva generación de formaciones que, nacidas en el hardcore, han caído en las garras de la música del demonio. “Avenged Sevenfold” (Warner), el nuevo disco del quinteto californiano del mismo nombre viene a subrayarlo de nuevo.

Aunque iniciaron su trayectoria en otras aguas, Avenged Sevenfold escucharon la llamada del metal, captando su mensaje y dando un giro radical a su propuesta. “Nuestros primeros fans encajaron muy bien el golpe, ya que ha sido una evolución progresiva y natural, y no hemos descartado de nuestro repertorio esas canciones de screamo. Necesitábamos un cambio, había demasiadas bandas que hacían lo mismo, y nos teníamos que salir de ahí”, apunta vía telefónica Johnny Christ, bajista. De ser cola de ratón a convertirse en cabeza de león.

"Por encima de todo, nos consideramos una banda muy trabajadora"

Abandonan el screamo aburrido y lineal, para dar rienda suelta a un heavy metal intrépido, nervioso y, en la medida de las posibilidades, novedoso. Lo demostraron en “City Of Evil” y nos lo recuerdan de nuevo con “Avenged Sevenfold”. “En este disco nuestro sonido ha crecido. Hemos tenido seis duros meses de trabajo y nos hemos preocupado mucho por conseguir una gran producción. Era nuestra máxima fijación”. El listón está ya en lo alto, con músicos como Slash o Nikki Sixx adulándoles continuamente, la prensa especializada entusiasmada con su nuevo juguete y una discográfica que les deja hacer y deshacer a su antojo. “Ese era el trato: libertad de acción. Ahora nosotros hemos correspondido a esa confianza con más trabajo. Normalmente íbamos al estudio con las doce canciones justas para grabar, y esta vez ha sido muy diferente. Hemos contado con la suficiente cantidad para poder elegir y descartar. No teníamos ninguna presión que no fuésemos nosotros mismos, aunque siempre es un halago que prensa, fans y compañeros estén pendientes de lo que hacemos”. En “Avenged Sevenfold” no sólo se han dedicado a destripar guitarras y vociferar como animales. Los californianos han pulido detalles y cuidado todos los aspectos posibles, dejándonos con la sensación de que su salud es más que óptima en este 2007. “Estábamos obsesionados con introducir nuevos elementos, con hacer introducciones interesantes y atractivas, bajar por momentos las revoluciones y sobre todo con mostrar nuestras nuevas ideas”. “A Little Piece Of Heaven” quizá sea la pieza más revolucionaria, con un concepto muy cercano al de las canciones de la banda sonora de “Pesadilla antes de Navidad”. “Dudamos mucho sobre si incluirla o no, porque no encajaba dentro de nuestra filosofía, pero al final se convirtió en un reto. La persona que nos introdujo en el mundo burtoniano inconscientemente nos lanzó un mensaje. Esta canción era una de las muchas ideas diferentes que teníamos en mente, pero nos quedamos con esta. Nos encantan los arreglos, la visión y el enfoque de la canción. Estamos encantados, sobre todo porque somos fans de la película y de Tim Burton. ‘La novia cadáver’ también es bestial”. Pese a todo, Avenged Sevenfold no es el prototipo de banda heavy. Su imagen mantiene la esencia del punk y su actitud es gamberra, algo que les aparta de la última generación de grupos metálicos. “Somos diferentes, muy diferentes. También somos fans de Metallica y de Pantera, pero no nos dedicamos a gritar durante todo el tiempo. Tenemos nuestros referentes, pero queremos ser más personales y reconocibles, por eso dimos el giro que hicimos con ‘City Of Evil’, para no sonar como las miles de bandas de metalcore que existen en el planeta. Pero también te digo que todo surgió de una manera inconsciente en este disco. No podríamos haber hecho otro ‘City Of Evil’. Fue algo muy espontáneo, supongo que propiciado por las ganas que teníamos de encontrar nuestra propia voz”. En cuanto a esa actitud gamberra de la que hablábamos, se suceden los rumores sobre los desmadres tras sus conciertos. Avenged Sevenfold son esos niños rebeldes que se enfrentan a las normas con alcohol y mujeres paseándose sin control por sus camerinos. “Obviamente nos queremos divertir. Nos gusta la fiesta, somos cinco amigos que nos llevamos bien, que tocamos juntos rock’n’roll, pero eso no quiere decir que estemos destrozando habitaciones de hotel todos los días ni que nos pasemos la vida en clubes de strip tease. También somos gente seria que sabe comportarse. Para trabajar tenemos que estar en casa, relajados y concentrados. Y, por encima de todo, nos consideramos una banda muy trabajadora”.

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