“¿Har Mar Superstar? Hace casi diez años que le sigo la pista… ¿sigue cantando en calzoncillos?”, me rebatía mi jefe cuando le hablé ilusionado sobre el nuevo disco del americano. Y razón no le faltaba para andar sembrado de dudas. Este showman con la apariencia de Danny DeVito y la puesta en escena de La Terremoto de Alcorcón, tal vez tuviera la balanza demasiado decantada hacia la parodia (ha pasado por el r’n’b, el pop ochentas…). Ahora, al parecer, las tornas están cambiando. En este “Bye Bye 17” su voz, cuidada, sin estridencias y al gusto de Stevie Wonder o Jamie Lidell, acompaña a un montaje más orgánico y fidedigno del género. Un disco más coherente y menos cabaretero, con argumentos incontestables como “Prisoner”. En directo -lo vimos en el Rencontres Trans Musicales- seguirá siendo el divo hortera que tanta controversia causa, sí, pero ahora cómo mínimo defiende un soul creíble.
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