Tras un total de cinco discos previos, los norteamericanos Local Natives parecen definitivamente inmersos en una madurez creativa que, más allá del tópico, tiene consecuencias palpables en ese sonido y las preferencias que presiden (y marcan) la totalidad el presente álbum. El combo californiano se esmera en esos medios tiempos que colonizan el álbum, sitos en algún punto intermedio entre indie-pop y synth-pop, tras incidir una y otra vez en la operación.
“But I'll Wait For You” llega sólo nueve meses después del anterior álbum de estudio de la banda, “Time Will Wait For No One” (Loma Vista, 23), y cabe entenderse como una obra complementaria a aquella. Una referencia que, de inmediato, revela su perfil nostálgico y sutil, también elegante y asentado, fruto de la experiencia que dejan quince años de carrera. Sucede con “Alpharetta”, el corte encargado de abrir fuego que encuentra continuación en “Throw It In The Fire” o “Ending Credits”.
También tienen cabida composiciones como “Camera Shy”, “As Soon As You Arrive”, “Raincoat” o la final “But I’ll Wait For You”, en la que ecos de soul y R&B resuenan sin pudor. Por su parte, “April” acelera un poco el ritmo, en un movimiento agradecido y que la realza como una de las mejores del lote. Unas y otras, apuestan por las presencias vocales en primer plano de Taylor Rice, Kelcey Ayer y Ryan Hahn, guiando el asunto junto a unas armonías algo empalagosas.
La madurez de Local Natives, además de manifiesta, se torna, en la práctica, un poco monótona. Bien desarrollada, con el trazo seguro de los que quizá ya pueden pasar a considerarse veteranos, pero algo insustancial e inerte. Diez temas y treinta y cinco minutos que, en definitiva, se hacen largos, dentro de un disco al que no se le puede achacar nada en cuanto a sonido o técnica, pero que, sencillamente, resulta tirando a aburrido. En trascurrir y consecuencias.
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