“The Resurrection” es un disco que trata sobre la experiencia cercana a la muerte que sufrió Aaron Jones, mejor conocido como Bugzy Malone, el año pasado, cuando tuvo un accidente de moto en el que estuvo a punto de pasar al otro barrio. Pero cuando has crecido en un barrio como el de Malone, y tienes su color de piel, las experiencias cercanas a la muerte no son algo tan extraño, y es que este tipo ya había pasado por la cárcel, presenciado el asesinato a tiros de su tío o comenzado una carrera como boxeador, antes de autoproclamarse el Rey del Norte de la escena grime británica, consiguiendo algo de respeto para Manchester en un género dominado claramente por Londres, o aparecer en alguna película de Guy Ritchie.
“The Resurrection” es ambicioso pero irregular, con una producción que tira de la épica, buscando un alcance cinematográfico, pero que no arriesga especialmente. Chirría a veces que a pesar de que ha demostrado en varias ocasiones su fluido 'flow' con acento mancuniano, aquí a veces suena forzado, más cercano a una historia de Instagram que a una batalla de gallos, algo que se comprueba en "MEN III" con sus "fucking Bugzy Malone" y sus "The fucking Resurrection" que suenan a primero de 'freestyle', o en "Notorious", la supuesta resolución de su 'feud' con Chip que se queda muy lejos de la madre de todos los 'feuds', el que mantuvieron su adorado Tupac Shakur y Notorious BIG.
Eso sí, aquí también hay aciertos, como la efectiva "Van Gogh Effect", construida sobre un eficaz y curioso beat y con una historia sobre un matrimonio marcado por la violencia que suena totalmente autobiográfico, "¿Puedes quedar traumatizado a los cinco años?". Aquí sí sabe pintar con las palabras como un gran cuentacuentos. En otra canción que referencia a otro pintor, "Salvador", en la que se compara con Dalí, Malone recupera la verdadera agresividad de un aspirante al título. En "Welcome To The Hood" nos ofrece una producción llena de dramáticas cuerdas y percusiones que crean tensión, logrando un liberador final cantado por Emeli Sandé.
Si en próximos trabajos sigue por ese camino y logra evitar cierta sensación de comodidad que se desprende en algunas partes de este trabajo, entonces podrá reclamar el Trono de Hierro del grime a gente como Stormzy o Skepta, ahora mismo el Rey Del Norte no está en esa discusión.
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