Stephen Jones acaba de publicar un libro, “The Bad Book”, pero no era necesario. No lo era porque cualquier historia que Babybird pueda contarnos con palabras y sobre el papel la habremos escuchado antes en cualquiera de sus discos. Y es que paladear cualquiera de sus torpes trabajos en cuatro pistas (a excepción del decepcionante “Dying Happy” claro está) supone disfrutar durante unos minutos. Puestos, hasta sus composiciones con banda consiguen resultados similares en eso del pop melancólico y simpaticote a la par. “Bugged” viene a ser una obra más en la lista de un artista que jamás volverá a conseguir lo conseguido y que difícil lo tiene para superarse a si mismo. De ahí que las diez piezas de esta nueva obra no brillen como los chorros del oro, ni siquiera como los muebles cuidados con Centella u O’Ceddar. Porque, y ya que estamos con lo hogareño, el primer estante ciega en su limpieza (“The F-Word”), digna del mejor de sus singles, pero conforme uno sube la mugre se acumula hasta chispear de motas de polvo (aunque en “Wave Your Hands” uno pueda ver la mierda acumulada a distancia) un disco que –esa es la impresión que queda- no es todo lo bueno que debería, aunque piezas como “Eyes In The Back Of My Head” o “The Way You Are” estén a punto de evitarlo.
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