Brockhampton quieren seguir mirando hacia adelante tras un último año y medio más que agitado. Han pasado de vivir quince personas en un mismo techo, durmiendo en el suelo y controlando todos los medios de producción de su música, a ganar millones, llegar al número uno en la lista de Billboard y sentirse en el punto de mira de la comunidad hip-hop. “Fifteen million on the table, none of my niggas are stable” canta el líder de la boyband americana, Kevin Abstract, en uno de los mejores y más animados temas de su último registro, “Boy Bye”, y también, el verso que mejor contextualiza a la banda en estos últimos meses. Tras firmar un acuerdo con RCA por dicha cantidad (Odd Future lo firmo por dos millones en su momento), donde se comprometían a sacar nada menos que seis discos en tres años, diversas mujeres acusaron públicamente de haber sufrido agresiones sexuales por parte del mejor rapero de la banda, Ameer Vann, por lo que el colectivo decidió apartarlo del grupo y cortar todo contacto con él. Un batacazo emocional para la unida familia que representan, pero que no impidió que lanzasen “Iridiscense” al cabo de pocos meses, un álbum que no acabó de satisfacer ni a la crítica ni a los fans y que había perdido la magia de la trilogía de “Saturation”, sus tres primeros álbumes, autoproducidos en la casa en la que vivían todos juntos, y que les catapultó a la fama. Pero el acuerdo con RCA no les dejó mucho tiempo para recomponerse, y su líder Abstract decidió sacar un álbum en solitario, “Arizona Baby”, cumpliendo así parte del trato y dejando que sus compañeros pudieran descansar, recargar pilas, e ir a por todas con “Ginger”.
¿Y que nos traen en “Ginger”? Sin duda, el concepto es diferente a sus anteriores trabajos. Es más lógico, con canciones que se entrelazan y una temática más marcada. No tiene ningún temazo, pero es un buen compilado de canciones más emotivas en las que se sienten más autorrealizados y confiados. Mantienen la misma fórmula de estribillos pop pegadizos acompañados de versos, normalmente rapeados, a cargo de sus seis cantantes. Musicalmente no han hecho nada que no hubieran hecho, sino que han cogido una de sus facetas, la calmada y reflexiva, y la han desplegado toda en un mismo álbum con diferentes matices. El tono melancólico lo empapa todo y quizás echemos en falta temas más enérgicos y disruptivos, pero el álbum sigue funcionando. De momento su faceta más gamberra ha desaparecido, pero mantienen parte de su agresividad en “St. Percy”, la emotiva en “No Halo” o “Ginger”, la sensual en “Sugar” y la más oscura en “If You Pray Right” o “I Been Born Again”.
En cuanto a las letras, mantienen sus coordenadas habituales, aunque con un enfoque más sincero, maduro y algo oscuro, eliminando también esas canciones de amor empalagosas que lanzaron en ocasiones anteriores. El disco está influenciado directamente por el actor Shia Lebouf, quien dirige en casa de Abstract una terapia semanal, y todos sus miembros coinciden en que ha sido un elemento clave en el disco. Siguen cantando sin tapujos sobre las enfermedades mentales, el consumo de drogas, la masculinidad o la religión, pero también sobre relaciones amorosas o su inesperada fama. Sin embargo, este éxito tampoco les ha quitado su personalidad, y mantienen intacto su reinvención del concepto de boyband. Cierto es que en “Ginger” enfatizan menos su identidad personal y suenan más como un grupo, pero el colectivo se sigue mostrando como una familia dispar que no comparte ni esconde su etnia, sexualidad o religión, pero que los mueve las mismas ganas de hacer música. Mención especial para “Dearly Departed”, canción almibarada en la que se sinceran como nunca, sobre todo acerca del caso Ameer, con Kevin que lo recuerda desde la tristeza y Dom Mclennon que lo recuerda desde el odio y se desahoga por completo con su excompañero.
Siguen sampleando con total libertad, desde música persa a G-funk, pero lo que llama más la atención en esta ocasión es que dejen tanto protagonismo a los invitados ajenos al colectivo: sirvan el rapero británico Slowthai con “Heaven Belongs To Me” y Victor Roberts, el chico que Dom conoció jugando a la Xbox por Internet y que han invitado en un tema bajo su nombre para que explique su dura historia personal.
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