De revelador título, “Blackout” significa algo así como apagón o desmayo, dos palabras que describen a la perfección los últimos dos años de vida de la Spears, plagada de escándalos (sus coqueteos con las drogas, la pérdida de la custodia de sus hijos, su aparición nada afortunada en la gala de los premios MTV), el nuevo disco de la norteamericana quizás sea el mejor de su carrera.
Dejando atrás su imagen de chica buena con oportunistas transformaciones en “rubia devora-hombres”, la firmante de “Toxic” pone toda la carne en el asador y entrega un disco de r’n’b sucio, sudoroso, sexual y descaradamente confesional, que dirige sus esfuerzos a la pista de baile. Los dos primeros singles del disco: “Gimme More”, con esa chulesca frase inicial “It’s Britney Bitch”, y “Piece Of Me”, una abrasiva y bailonga composición que ironiza sobre los paparazzis y los deslices públicos de la cantante, son la primera prueba de que “Blackout” es algo más que otra muestra de música mainstream descafeinada. La sorpresa positiva se confirma con otros cortes: “Get Naked (I Got A Plan)”, una salvajada a la Timbaland producida por Danja, uno de sus discípulos más aventajados, ese homenaje al “I Feel Love” de Donna Summer que es “Heaven On Earth”, o “Freakshow”, un caramelo de r’n’b canalla.
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