Los discos de The New Pornographers son como ese viejo par de zapatos que todavía siguen en tu armario desde hace siete u ocho años: puede que nunca fueran tus preferidos pero todavía resisten. Te compraste pares nuevos que no han aguantado tanto. Varios, de hecho. Pero esos zapatos en particular tienen más vidas que un gato y todavía te los pones de vez en cuando porque son cómodos, combinan con todo y, qué cojones, todavía molan.
“Brill Bruisers” es esos zapatos, una buena compra, algo que siempre viene bien tener a mano, como cualquiera de los discos del supergrupo canadiense, que se maneja en unos registros que cualquiera reconocerá como los suyos: pop explosivo y colorista, grandilocuente hasta decir basta y, a la vez, una sensibilidad cercana, de celebración constante, que hace que te sientas parte de algo. Esa, quizás, siempre ha sido su mejor virtud: un monumento al pop como comunión. Y lo único que cabe hacer, cada vez que escuchas la voz de Dan Bejar, AC Newman y Neko Case juntos de nuevo, es agradecerles que te hayan invitado a la fiesta.
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