Brightside

Os entiendo. De verdad que entiendo perfectamente a todos aquellos y aquellas que al oír este nuevo trabajo de The Lumineers hayan tenido una sensación de hastío, de aburrimiento, de visitar terrenos demasiado conocidos ya. No voy a intentar convencerles de lo contrario. Tienen razón. Podríamos coger cualquier canción de este trabajo y sustituirla por una de los tres discos anteriores de los de Denver y probablemente no notaríamos la diferencia. Algo que, por ejemplo, también me pasa con Edward Sharpe & The Magnetic Zeros, banda prima hermana de la que nos ocupa y de la que hace demasiado tiempo que no tengo noticias. Pero ¿y qué? ¿Es eso un problema? No para mí. Yo quiero que The Lumineers suenen así, lánguidos y a la vez joviales, ligeramente aterciopelados y levemente rítmicos. No busco que vuelvan a hacer un “Ho Hey” como en 2012, sino que sigan la ruta de las buenas canciones. Y tampoco pretendo que de golpe cojan unas guitarras eléctricas y se conviertan en el azote del folk. Que lo de Dylan en Newport ya pasó una vez. Así que no pudo hacerme más feliz el enterarme de que este nuevo trabajo del grupo iba a ser producido por el mismísimo Simone Felice. Precisamente porque siendo así era imposible que no saliera lo que ha salido.

“Brightside” es un álbum corto, en el que los momentos tranquilos son más tranquilos que nunca y los acelerados –pocos– también lo son más. Un álbum enlazado, en el que nunca sabes cuando acaba una canción y empieza otra porque su ritmo es trotón, pausado y continuo, pero que transmite una sensación de paz a lo largo de todo su escaso minutaje. Y por si son de los que se fijan en los detalles, ojito a los coros de Cindy Mizelle, habitual de Bruce Springsteen y Dave Matthews Band. Insisto, les entiendo, pero no les comprendo. Que no compro, vaya. Así que donde iba a poner un seis, por ustedes, dado que la reseña la hago yo, le coloco un siete. Y tan a gusto.