Aparece Brian Setzer en la portada de su nuevo disco de espaldas, sin camiseta, mostrando sus tatuajes. Una interpretación probable de la misma es que su nuevo disco es él, sin trampa ni cartón. Y eso significa que no solo hay rockabilly sino también algunos guiños puntuales a otros géneros que han ido poblando su lustrosa carrera. De hecho, en más de una ocasión ha manifestado, literalmente, que lo suyo no es experimentar sino, simplemente, hacer buenas canciones. Y aquí se ha marcado unas cuantas de ellas.
Para empezar se plantea arrasarnos. Noquearnos. Y “Rock Boys Rock” y “The Devil Always Collects” son las encargadas de ello. Especialmente esta última, que da tema al disco y donde la vertiente más psychobilly de Setzer hace acto de presencia. Luego va a tener tiempo para el country, versionando a Del Reeves en “Girl On The Billboard”, para homenajear a Little Richard en “She’s Got A Lotta… Soul”, para recuperar un tema ¡de Brinsley Schwarz! como “Play That Fast Thing (One More Time)”, para acercarse a su adorado Chet Atkins en “A Dude’ll Do” (What A Dude’ll Do)” o para doblar las guitarras a lo Thin Lizzy y acercarse al hard rock en “Black Leather Jacket”, de lo más sorprendente del lote.
Al final no hay que darle muchas vueltas –a la historia, al vinilo cuantas más mejor–, esto es Brian Setzer. Sin más. Y que su nueva gira lleve el nombre de Rockabilly Riot no hace sino complementar el alma de este disco. Asegura que el año que viene probablemente girará con Stray Cats. No nos importaría, para nada, verlo tocar entonces también alguna de estas canciones.
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