Los últimos años nos han enseñado que los vocalistas y guitarristas de punk deben pasar por una fase de cantautor casi obligada. Brian Fallon ha sido el último en subirse al tren con “Painkillers”, sin embargo, este trabajo no supone una gran novedad. El álbum suena a lo que siempre ha sonado The Gaslight Anthem. Con toques de country mainstream, en quizás un intento no planeado de aproximarse a la americana –como en “Long Drives” o “Nobody Wins” - y una sobredosis de coros, Fallon deja clara la marca de la casa. Es quizás esta sobredosis de voces, el guitarreo eléctrico y la sección rítmica siempre presente lo que convierte “Painkillers” en un disco menos íntimo de lo que esperaba. Sus puntos fuertes se traducen en estribillos melódicamente pegadizos como “A Wonderful Life” o “Mojo Hand”, uno de los temas que más se distinguen del resto.
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