Breathe Deep

En la segunda década del siglo XXI el jazz era un género moribundo que olía naftalina y no conseguía atraer a un público joven. Pero en 2015 el artista más importante de esa década, el rapero Kendrick Lamar, decidió inspirarse en esa música para sostener a su obra maestra, "To Pimp A Butterfly", allí el gran público pudo descubrir a artistas tan interesantes como al bajista Thundercat, al productor Flying Lotus o al saxofonista Kamasi Washington, cuyo "The Epic", publicado al año siguiente, rompería las barreras con un nuevo público al año siguiente. De repente el jazz sufría una resurrección por parte de una nueva generación a la que no le importaba mezclarlo con el hip hop, la música africana o incluso el folk.

Mucho de eso hay en este esperanzador debut del guitarrista Oscar Jerome, un tipo que tiene en un pedestal a George Benson y a Joni Mitchell, a J Dilla y a Kamasi Washington, a Fela Kuti y a Gil Scott-Heron, a Ali Farka Touré y a Goldie, y que ha sido pieza fundamental en la nueva escena jazz londinense, habiendo compartido tablas y estudio con gente como Shabaka Hutchings (Sons Of Kemet, The Comet Is Coming y Shabaka And The Ancestors), Nubya Garcia, Joe Armon-Jones y su Ezra Collective o Moses Boyd. Incluso en 2019 compartió escenario con el propio Kamasi Washington durante su gira europea.

Las credenciales estaban ahí para un tipo del que se llevaba hablando mucho tiempo, aunque no hubiera sacado todavía su disco de debut, aunque sí un par de prometedores EP's y un disco en directo. Ahora llega, por fin, “Breathe Deep”, un disco lleno de clase con el que cumple de sobra con las expectativas, se trata de una batidora sonora donde caben muchas cosas, jazz, por supuesto, pero también hip hop, funk, música africana, soul y toques folk.

El disco se abre con un breve instrumental llamado "searching for aliens" con el que Jerome demuestra que su querencia por la música africana, tras su paso por Kokoroko, sigue estando presencia, luego entra la luminosa "Sun For Someone", un funk cocinado a fuego lento en el que le acompaña Joe Armon-Jones y con la que reflexiona sobre los problemas del cambio climático: "The Earth will sigh, as it watches us die". El final de la canción es la primera gran prueba de su enorme clase como guitarrista. El disco continúa con una composición que ya había grabado anteriormente, "Give Back What U Stole From Me", que encuentra aquí su versión definitiva. Aunque sigue teniendo ese punto entre acid jazz y jazz rap, es otro tema funk en el que Jerome canta/rapea a la manera de Gil Scott-Heron mientras le pide a los más desfavorecidos por este capitalismo salvaje que se levanten y digan no. Cuando a los tres minutos y medio entra arrollador el saxo sobre esa infecciosa línea de bajo, el disco encuentra uno de sus mejores momentos.

Pero tras ese inicio Jerome encuentra tiempo para explorar otros sonidos, "Your Saint" comienza calmada con la guitarra de Jerome al frente, derrochando mucha clase, luego entra su voz con ese fuerte acento londinense que parece como si Mike Skinner (The Streets) hubiera estado tomando clases de canto, pero luego vuelven a entrar los vientos y la cosa sube en intensidad, luego aparece Brother Portrait, poeta y rapero, y las comparaciones con la escena del hip hop londinense se hacen más evidentes. "Coy Moon" empieza con sonidos africanos sacados de su guitarra hasta que entra la sección rítmica y comienza a recordar al dub jamaicano, sobre todo ello una bonita melodía, cantada con magisterio por el propio Jerome.

"Fkn Happy Days N' That" es un instrumental donde se puede ver su cálido tono a la guitarra, con fuertes influencias de George Benson, mientras que "Timeless" es otro de los momentos álgidos del disco, un cuidado tema soul-jazz en el que Lianne La Havas canta junto a él sobre poco más que los acordes jazz de la guitarra de Jerome, hasta que se les suma una leve persuasión de influencia latina y luego el resto de la banda. Cierra el disco "Joy Is You", una preciosidad acústica, con un punto al John Martyn de "Solid Air" y algo de Joni Mitchell y la primera Rickie Lee Jones.

Un disco notable que demuestra que la escena jazz londinense está viviendo un resurgir, con músicos llenos de talento y sin miedo a experimentar con otros géneros para insuflar vida nueva a un género centenario.