Lo malo de dedicar todas tus aptitudes a recuperar un género musical que explosionó durante los setenta y principios de los ochenta es que aquellos fueron unos tiempos en los que se acumularon las obras maestras del baile. Y eso es lo que ocurre con el nuevo largo de Thibaut Berland y el incorporado ya de forma definitiva a Breakbot Irfane Khan-Acito. Que Berland es muy diestro en lo suyo (funk, pop, soul, disco, todo mezclado), pero que le resulta imposible alcanzar las cotas de aquellos con quienes siempre le compararemos. Eso, sumado a que “Baby I’m Yours” era tan jodidamente buena, relega los logros de “Still Waters” a un relativamente injusto segundo plano. Al final, las mejores canciones de “Still Waters” (“2Good4Me”, “Get Lost”) me recuerdan a aquellas calcomanías que, de pequeños, se nos adherían a la piel: molaban mucho durante unos días pero el tiempo se las acababa llevando sin dejar demasiado rastro.
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