Contagiosa, juvenil, entusiasta y cien por cien disfrutable es la música de Lo-Fi-Fnk, un dúo de tipos de apenas veintitrés años –aunque aparentan cuatro menos- que se ha sacado de la manga uno de los discos de pop electrónico más divertidos que uno haya acomodado en la discoteca de su casa.
Leo Drougge y August Hellsing podrían pasarse la vida frente a una consola de videojuegos mientras el frío congela hasta el moquillo en las calles de su Suecia natal y en cambio han optado por pasarse unos meses dando forma a “Boylife”, un disco sobrado en canciones tan chanantes como “Adore”, “Wake Up”, “What’s On Your Mind?”). Un debut discográfico comme il faut. Para que nos entendamos, su sonido podría considerarse un cruce entre los noruegos Röyksopp, el espíritu pop de Erlend Oye (ex Kings Of Convenience y ahora bajo el alias de The Whitest Boy Alive), la efectividad de Daft Punk antes de que perdieran el interés por componer buenas canciones, el gracejo con la electrónica del “Over And Over” y “And I Was A Boy From School” de Hot Chip, el espíritu de unos New Order con síndrome de Peter Pan o de Pet Shop Boys antes de convertirse en los Antonio Gala del pop electrónico. A saber hasta dónde van a ser capaces de llegar con la edad sino se echan a perder antes. Y se lo digo bien clarito, no se me vayan a equivocar de nuevo. Peter, Bjorn And John no son el auténtico grupo sueco del momento. Lo-Fi-Fnk lo son. Y chitón.
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