Treinta años después de que Will Oldham nos presentara su debut como Palace Brothers de la mano de “There Is No-One What Will Take Care of You” (93) y veinte desde que hiciera lo propio con esa particular cúspide en su carrera que supuso “Master and Everyone” (03), es de recibo que, por cronología, hayamos depositado inconscientemente en su nueva propuesta un buen puñado de expectativas, como poco. Por lo pronto, y sabiendo que tan solo los caprichos del tiempo decidirán si “Keeping Secrets Will Destroy You” (23) tendrá una trascendencia pareja a esos trabajos mencionados e incluidos en su poblada y célebre trayectoria, podemos decir sin miedo a equivocarnos que ésta es una excelsa colección de canciones a la absoluta altura de las mejores galas del de Kentucky y tan capaz de ablandarnos el corazón como las mismas.
A los recursos empleados en sus doce pistas nos remitimos: un storytelling exquisito, que nos presenta personajes carismáticos y equipados con trasfondo y voz propia (“She yanked her dreams down from above her/ she looked a monster right in the eye”, canta en la empoderante “Rise and Rule (She Was Born in Honolulu)”); un entourage de cinco estrellas, capaz de lograr que sus canciones pasen de ser meros cortes de espíritu folklorista a piezas de belleza superlativa y casi cinematográfica (“Trees of Hell”); y una singular forma de abrir al mundo su atormentado sino, aparcando a un lado el nihilismo y abrazando su faceta más honesta y oscura, tal y como revela en el propio título del disco (“Everyone dies in the end, so there's nothing to hide”, sentencia en la inicial “Like It or Not”).
Tanto acompañado como en crudo, Oldham mantiene intacta su intachable habilidad para lograr confeccionar un álbum cálido, sobrio, tranquilo y amable. Un disco que no pide prisa y que no nos resulta en absoluto casual que haya aterrizado sobre nuestros platos en plena canícula veraniega, donde la calma y el desasosiego, propios del estío más empalagoso, maridan a las mil maravillas con el minimalismo tórrido de sus nuevos temas, desprovistos de percusiones y focalizados enteramente en resaltar un mood acústico y contemplativo que se va dibujando progresivamente a partir de los dulces y ocasionales acompañamientos tonales de Dane Waters y una buena remesa de irresistibles arreglos de cuerda y viento (“Willow, Pine and Oak”).
Su evidente y objetivo encanto no será óbice para que el Oldham más satírico (“Bananas”) y en ocasiones naíf (“Queens of Sorrow”) haga también su respectiva aparición, validando con méritos propios ese sambenito tan preciso de cantautor extravagante y encriptado que durante años lleva ganándose a pulso. No necesitaremos comprender al 100% qué quiere decirnos éste cuando canta “Someday, when there's time to sing / A few of us will gather and raise a voice to anything, because everything matters” (“Crazy Blue Bells”) o “Sharing is nothing to regret / Swallow me wholly, consume all my worth” (“Behold! Be Held!”), pues el universo de Bonnie Prince Billy es tan delicado y supino que está por encima de su propia naturaleza subjetiva y parcial. Ya bien sea por achaque melancólico o por querer colocarle al verano una nota de hermosura que suba su nivel en pleno ecuador, “Keeping Secrets Will Destroy You” es una muy notable compañía y un firme candidato a resonar entre los discos de folk más especiales y destacados del presente año cuando sea procedente hacer recuento.
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