SABLE, fABLE
DiscosBon Iver

SABLE, fABLE

6 / 10
Carlos Pérez de Ziriza — 11-04-2025
Empresa — Jagjaguwar
Género — Indie folk

Sentimientos encontrados. Es lo que me genera la vuelta de Bon Iver tras seis años. El de Wisconsin mueve ficha, aspira aire y nos entrega el más radiante ramillete de canciones de su carrera. Un vademécum perfecto para encarar la primavera. Aquí hay luz y buen rollo para parar un carro. Se desmarca de sus más inmediatos precedentes, pero acaba pareciéndose por momentos a algunos de sus mejores emuladores: la sombra de Novo Amor, Kygo, Lonely Dear o Matt Kivel me viene a la cabeza cuando oigo la acústica “S P E Y S I D E”, uno de los tres cortes que ya incluía el EP SABLE, publicado en octubre pasado. Los otros dos también van justo al principio: son la bonita “THINGS BEHIND THINS BEHIND THINGS” (“me da miedo cambiar”, dice, entiendo que no se refiere al percal estilístico) y “AWARDS SEASON”, que invoca una suerte de gospel desnatado cuyo tono pastel no se va ni a golpe de saxo.

Y es que hay mucho pastelón por aquí: a eso me suenan “From” y “There's A Rhythmn”, amanerados cortes que incurren en el redondeo de su propio estereotipo. Porque el problema no es tanto que esto sea una vuelta a sus orígenes (solo lo es en parte) o que pueda ser también una síntesis de sus devaneos genéricos (tampoco lo es del todo) como de que el material no siempre da la talla que se puede esperar de él. No vamos a pedirle que reinvente su rueda, porque su enorme currículo y su capacidad de reformulación le preceden, pero me da que esta vez hay que darle al skip con una frecuencia inacostumbrada en su trayecto. No será este el trabajo por el que lo recordemos como una de las luminarias del indie folk más aventurado del siglo XXI.

Lo más cercano a su registro anterior no dura ni dos minutos: es esa “Short Story” en la que se le aflauta de nuevo la voz y que tanto recuerda a los interludios de los discos de The 1975. Las buenas noticias, y son buenas de verdad, son la deliciosa inclinación blue eyed soul de “Everything Is Peaceful Love”, el resultón r’n’b fracturado de “Walk Home”, el falsete a lo Prince de la radiante “I'll Be There” y el soul digital de “Day One” (con Dijon y Flock of Dimes, o sea Jenn Wasner), porque la colaboración de Danielle Haim en “If Only I Could Wait” tampoco luce demasiado. Seguramente se ha divertido grabándolo en su estudio April Base, desgranando con entusiasmo y dedicación este decálogo de un amor recobrado que le ha devuelto la sonrisa y las ganas de beberse la vida a sorbos, sin importarle un comino lo que pensemos. Y en su derecho está. Claro que sí.

Un comentario
  1. Antonietta Spedalieri 12 abril, 2025

    Creo que es una etapa bonita que merece mucho la pena escuchar.

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