Estoy convencido de que fue necesario vivir por lo menos la segunda mitad de los ochenta para conseguir entender lo que supuso la revolución del punk electrónico, del industrial dance, de la electronic body music o de tantas otras colisiones entre la rudeza punk, la frialdad maquinal de los instrumentos electrónicos y la vocación de darle ritmo al cuerpo. De ahí que pueda resultar complicado para los no iniciados escuchar ahora esta apabullante selección de éxitos (más remixes, en un segundo compacto extra) de Nitzer Ebb y contagiarse de su energía marcial y de asfixiantes percusiones metálicas. Los de Essex, como DAF, Front 242, los primeros Die Krupps o Meat Beat Manifesto requieren ser valorados coyunturalmente para que tomemos conciencia del valor que tuvo llevar la música industrial a las pistas de baile. Infinidad de artistas actuales jamás hubieran llegado a sus conclusiones de no ser por artistas como Douglas McCarthy o Bon Harris. Su estética paramilitar e incluso fascistoide, esas voces casi siempre expulsadas con rabia desde las profundidades de la garganta, su eterna pose de chicos peligrosos, sus baterías abrasivas y éxitos de la rotundidad de “Isn’t It Funny How Your Body Works” –su arrollador primer single-, Let Your Body Learn”, “Join The Chant” o “Getting Closer” –todas ellas de su etapa dorada, de sus inicios hasta 1990- justifican el lugar que ocupan en la historia de cierta música electrónica, honor que ni siquiera el lamentable “Big Hit” (1995) con mediocridades como “I Thought” ha conseguido evitar.
Now I feel stdpiu. That's cleared it up for me