Si pensamos en que entre el "Parklive" de 2012 y este nuevo disco doble en directo de Blur solo hay dos álbumes de estudio, es fácil preguntarse si realmente hacía falta que lanzaran este "Live at Wembley".
La duda quizá no se disipe apenas comenzar la música, que abre con una filosa versión del rocker “St Charles Square” uno de los dos lisérgicos cortes que aparecen desde el más reciente disco de estudio de la banda "The Ballad of Darren", el otro, promediando la lista de temas, será el sensible “The Narcissist”.
Pero, ¿cuándo comienza este disco a tener sentido? Pues cuando uno afina el oído y nota con total claridad que lo que aquí prima es la idea de ofrecer la fotografía más sincera que una banda en sus "treintis" puede dar. La canciones están tocadas con una naturalidad admirable, adueñándose de un nuevo tempo, más lento, más de cantautor. Exponiendo como baluarte una desprolijidad perfecta y sobre todo regalando una versión bellamente cansada de ese elemento generacional que es la voz de Damon Albarn.
Y hablando de elementos generacionales, claro, si uno no es británico quizá le dé igual que el show sea en Wembley, pero para la banda poseer ese escenario por dos noches de mítico sold out, es un hito que los deja en un lugar al que pocos pueden alcanzar.
Los grandes momentos de este manifiesto de más de dos horas no se pueden señalar con precisión a punta de dardo; aquí y como en cada show de la banda, la estrella es el repertorio en general. Pero siempre es bueno decir que “The Universal” aún es capaz de ponerle piel de pollo a cualquier ser que se considere vivo, que “Tender” sigue peleando el puesto a la belleza gospel más trascendental hecha en el Reino Unido, que “This is a Low”, “End of the Century”, “Coffee and TV”, “Under The Westway” y tantas otras ayudan a dar vida una obra que emociona por su formas, que combinan ángulos filosos y cálidas curvas. Canciones capaces de pensarse con el corazón y sentirse con la sangre fluyendo a tope.
Es sabido cuánto le gusta a la banda jugar al misterio y las declaraciones bomba -de hecho hoy día entendemos que quizá no vuelvan a tocar jamás, al menos en los EEUU después del cabreo de Albarn con el superficial público de Coachella, que a su juicio no hizo caso a su show-, pero ante un escenario poco probable que indique que la banda nunca vuelva a juntarse, este doble en directo sería un in memoriam justo y necesario. Y divertido, emocionante y entrañable de cojones.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.