Rakshak
DiscosBloodywood

Rakshak

5 / 10
Adriano Mazzeo — 21-04-2022
Empresa — Independiente / Sony
Género — Metal

El metal exótico también tiene sus hijos nacidos en las redes sociales y los indios de Bloodywood son una de sus más ilustres apariciones. Comenzaron con covers de Bollywood en versión nu-metal, sumaron algún que otro tema ajeno reconocible en Occidente y ¡zas! de golpe teníamos un nuevo fenómeno.

“Rakshak” (“protector” en hindi) es el primer disco de la banda de composiciones propias y hay una manera rápida de describirlo:40% Slipknot, 40% Linkin Park y 20% folk indio y bhangra. Pero bueno, eres lector de Mondo Sonoro y eso demuestra que estás aquí para entrar en un análisis más puntilloso (y más justo, claro), así que aquí vamos.

La propuesta se sostiene en dos pilares musicales fundamentales. Por un lado una robusta columna de nu-metal hecho y derecho (clásico y ya escuchado hasta el hartazgo) y por otro una columna estructuralmente más débil pero de atractivo contenido de sonoridades típicas de la India, que incluyen el uso de dhol (percusión), flauta melódica y tumbi (cuerda). Ambos soportes actúan con solidez, pero no encuentran fácilmente hilos que los unan con coherencia. En más de una ocasión nos encontramos ante la simple idea de que se mezclan ambas corrientes sin un pegamento que le dé sentido a todo, lo cual deja la sensación de estar ante la forzada búsqueda de un estilo que aún no aparece en claro.

Sin ánimo de dejar pasar esta observación, también hay que decir que esa desfachatez es lo que despega a la banda de la media, aún corriendo el riesgo, por supuesto, de no gustarle a todo el mundo. El nu-metal es un género que envejeció mal debido a su tendencia a la exageración extrema y en ese sentido es raro encontrarse con un lanzamiento TAN abrazado a esa idea que tuvo su pico de popularidad tantos años atrás.

Se adivina así que “Rakshak” es un disco ideal para nostálgicos, pero también para amantes de las combinaciones musicales imposibles. Porque al mismo tiempo, uno no puede evitar pensar que si en vez de SOAD el que hubiera sacado su primer disco en 1998 hubiese sido Bloodywood, posiblemente serían estos los que inexplicablemente llenarían estadios en todo el mundo tal cual el combo armenio-estadounidense. Es así: a esta altura del partido es complicado ser la gran cosa nueva.

El capítulo más interesante del grupo es posiblemente el de su costado altruista: se abanderan en cuestiones sociales y (ahora sí) logran un atractivo mix cuando cantan en inglés (con su acento característico) y luego berrean en hindi. También es de destacar que a pesar de haber lanzado su disco de forma independiente están logrando un llamativo nivel de difusión.
La producción de “Rakshak” es fiel al estilo que encumbró a Linkin Park, Slipknot y Korn, o sea: grandilocuente y plagada de overdubs tan conmovedores como artificiales.

Para seguir hablando de dicotomías, ahí queda el desafío doble: por un lado la esperanza de que esta música sea correctamente ajusticiada en directo (¡lo cual puede ser muy interesante!) y que por otro lado, que la banda siga el camino de la composición propia y que este le permita unir con mucha más solvencia a sus dos columnas sonoras principales.

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