Se dieron a conocer hace casi un año con un single prometedor ("Fuckin´ Up"), Nikki Sixx de Mötley Crüe les citó como su banda actual favorita y se presentaron en el pasado Festival Azkena alardeando de actitud punk, reivindicando su faceta hard rock sucia y callejera y, además, anunciando a bombo y platillo un primer disco largo que ahora, con algo de retraso, por fin está ya en nuestras manos.
¿Y qué podemos escuchar en él? Pues exactamente lo que esperábamos, teniendo en cuenta los antecedentes citados. Así, con un poco de Sex Pistols, unas gotas de punk escandinavo y bastantes más de sleazy angelino, estos chicos ingleses se desmarcan de la escena británica dominante, provocando intencionadamente tanto rechazo entre el público indie como placer en la facción rockera más insolente y políticamente incorrecta. En lo estrictamente musical, sus temas no son novedosos, por lo que carecen de su pretendido efecto rompedor. Dicho esto, también es justo valorar la solvencia y efectividad de buena parte de ellos. Así pues, Towers Of London nada tienen que ver con la épica al estilo Queen, ni con los riffs a lo AC/DC, pero comparten con The Darkness la voluntad de devolver el rock and roll más directo y visceral a las listas de su país.
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