¿Ha alcanzado el death metal su cima con lo nuevo de Blood Incantation? Bueno, tanto la pregunta como la respuesta es muy subjetiva y es posible que no conteste a los siempre respetables gustos y preferencias más personales. De cualquier modo, la banda americana ha trascendido a sí misma con un tercer disco del que hay mucho que hablar. Después de ese "susto" (o sorpresa, según se mire) que fue el trabajo de ambient y electrónica “Timewave Zero” (22) y un sencillo doble bastante interesante titulado “Luminescent Bridge” (23), los de Colorado han decidido mezclar de una forma magistral todas sus influencias tanto metaleras como no metaleras en “Absolute Elsewhere”, un álbum que no sería raro que pasase a la historia del género.
La tercera obra del cuarteto, que mantiene su formación original desde casi su creación en 2011 (a excepción del bajista Jeff Barrett, que es miembro desde 2015), es un viaje cósmico, psicodélico y extremo que explora con una coherencia pasmosa la psicodelia, el kraut, el ambient, lo tribal y el death metal progresivo con seis cortes (en realidad son dos, concebidos como una cara A llamada "The Stargate" y una B titulada "The Message") que tanto te mandan de una patada a la época dorada de transgresión de los años setenta a golpe de sintetizadores en la inesperada y espacial colaboración instrumental con Tangerine Dream (la escuela berlinesa de electrónica de Klaus Schulze es una clara influencia para el grupo) en la segunda mitad de "The Stargate", como a la época dorada de la psicodelia con Pink Floyd por bandera en la mitad de "The Message", en la que las voces totalmente melódicas y la lisergia te llevan a otra dimensión.
Todo lo dicho pueda resultar un embrollo serio y hasta dar pereza, y más si se añade a la ecuación el death metal progresivo –que nunca dejan de lado a lo largo de este magnífico disco– que les caracteriza desde que empezaron a hacer música con el nombre de Blood Incantation y los pasajes acústicos, melódicos y ritualísticos que embellecen con maestría los primeros tres minutos de la tercera parte de "The Message", la cual transportan sutilmente a los primeros y más crudos Opeth.
El debut de larga duración “Starspawn” (16) y el querido por la comunidad metalera “Hidden History Of The Human Race” (19) fueron algo grande, pero “Absolute Elsewhere” es como cruzar otra puerta todavía más remota, más rica en matices y más original en la que las referencias a otros artistas son impepinables y asombran escucha tras escucha. Este es el año de Blood Incantation y el año en el que han conseguido que Death, Gorguts y Morbid Angel contrajesen matrimonio con Pink Floyd, King Crimson, Tangerine Dream y Gentle Giant con una ceremonia celebrada por todo lo alto en una nave espacial capaz de dilatar el tiempo rompiendo todo tipo de barreras entre la vida y la muerte en un éxodo que parece haber sido ideado por la civilización sumeria para ser soltado miles de años después.
Después de darle varias vueltas a “Absolute Elsewhere” y de empaparme sin complejos de su eclecticismo, pesadez y densidad, no hay lugar a la duda: es uno de los discos del año, de la década, y de sabe Dios qué más. Además, a título personal, sería capaz de poner las manos en el fuego diciendo que será una de esas cosas que será citada como de obligatoria escucha en algún momento (si el mundo no termina antes).
Dar todo lo que se puede dar (y más) en solamente cuarenta y tres minutos y cuarenta y tres segundos sin pasarse de frenada, con una gran fluidez que hace natural hasta los tempos y ritmos más imposibles sin quedarse cortos en creatividad es algo único. Y, por si no ha quedado claro ya con toda esta zalamería hacia la genialidad de Isaac, Paul, Morris y Jeff: sí, “Absolute Elsewhere” es su mejor disco hasta la fecha. Y si son capaces de superarlo o igualarlo en un futuro, será increíble y ojalá estemos ahí para experimentarlo.
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