La voz de Kazu Makino actúa como envoltorio casi edulcorado, pegajoso, adictivo, como el algodón de azúcar de las ferias: pop con una abigarrada estructura rítmica (“Dr. Strangelove”), a veces incluso demasiado limpio (“Silently”, la lánguida “My Impure Hair” con que se cierra el álbum). Con “Memory Is A Butterfly” (2004) ya entregaron una notable colección de canciones, acierto que prorrogan en este trabajo, con “Spring And By Summer Fall” como único atisbo de crudeza. En su momento formaron parte del heterogéneo saco del noise-rock, y ahora, parece mentira, domina una inquietante pulcritud, cotizando al alza en el capítulo emocional: “SW” es uno de los mejores temas de la temporada, matizado por unos arreglos con un aire psicodélico, pantallas de guitarras en primer plano y la batería de Simone Pace marcando la pauta. No han descubierto la pólvora, pero hacen que prenda sin posibilidad de fallo.
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