One More Time...

El ‘What’s My Age Again?’ de Blink-182 ha tenido muchos significados a lo largo de su carrera. Fue una bendición cuando en sus inicios les hizo sonar en todo el mundo, pero con un lado agridulce cuando años después los tirones cervicales acechaban tanto a la banda como a su público. Con la caída de popularidad del pop-punk, sumado a sus idas y venidas como grupo, parecía que tantoBlink-182 como sus fans se habían hecho demasiado mayores para entonar canciones con ese descaro que perdemos pasada la adolescencia. Ahora, tras nueve discos de estudio, esos himnos de eternos adolescentes se convierten en una profecía autocumplida.

 ‘One More Time...’, el décimo disco de Blink-182 y que supone el regreso de Tom Delonge, sigue dándole vueltas a qué es eso de hacerse mayor. Lo hacen mirando al pasado, sí, pero sin caer en una nostalgia autocomplaciente. Después de tantos años, los californianos han encontrado la respuesta a su gran pregunta: eso de la edad es relativo. Uno puede hacerse mayor y seguir siendo un adolescente de corazón, así lo demuestran en los 17 cortes del disco.

Un regreso tan esperado puede tener muchos contrapuntos, resultando en una colección de descartes que en su momento fueron rechazados por una buena razón, o bien puede convertirse en un intento desesperado de acercarse a los sonidos más de moda de la peor manera posible. Por suerte y siendo un disco que está lejos de ser perfecto, ‘One More Time..’ consigue sortear con gracia sus defectos. Pildorazos de nostalgia como "Edging",  "When we were Young" o ‘Anthem part3’ van ganando con las escuchas y hacen gala de la destreza de Travis Barker a la batería para captar a los fans de siempre. Una vez tienen nuestra atención, Blink-182 exhiben su capacidad para revisitar su legado y ofrecernos un sabor distinto. Tandas de canciones como "Terrified" (maqueta del proyecto paralelo de Tom Delonge, Box Car Racer) y "Turpentine", optan por mirar de forma clara al álbum homónimo de la banda, con algunos destellos del más maduro ‘Neighbourhoods’ (11). Blink-182 conocen los ingredientes de la receta a la perfección, pero a todo hijo de vecino sa le puede ir la mano con el azúcar. Prueba de ello es el ‘Olé olé’ del estribillo de “Dance With Me” que hará arquear más de una ceja o la empalagosa ‘Fell in Love’ 

Hacerse mayor también va de perder complejos, miedos y de dejar atrás viejas rencillas que con el tiempo carecen de sentido. ‘One More Time...’ muestra, como nunca, el lado más vulnerable de la banda, con algunas de sus letras más personales. Sin poder etiquetarse de experimental, se aventuran a coquetear con sintetizadores para adoptarlos en su sonido en “Childhood” y los ecos a tweenty one pilots de su estribillo, para luego abrazar sin miedo sus raíces de punk más old school en la frenética “F*ckface”. 

Aunque en el pop punk las canas siempre han tenido una connotación negativa, Blink-182 le dan la vuelta y lo intentan una vez más.