A lo largo de nuestra vida no paramos de colocarnos escudos y barreras de protección para defendernos del exterior. Capas que nos impiden, con el paso de los años, acceder a nuestra verdadera esencia. Una evolución forzada que deja atrás esa pureza, esos impulsos primitivos de nuestras raíces que acaban completamente ocultos. “INTIMIDADE”, el segundo disco de estudio de Blanco Palamera, busca generar un momento de reflexión en el que pararse a pensar en todo esto. Con el que intentar encontrar la forma de indagar de forma individual dentro de nuestro origen, querernos un poquito más tal y como somos; y comprender todos esos sentimientos que nos está despertando esta locura de presente. Una respuesta muy física en forma de música a tantos estímulos en sociedad que nos ahogan y letras con mucho corazón y piel. Una forma de entender el dolor para sanar y no hacernos más pequeños de lo que ya somos.
Blanco Palamera inician así un enorme viaje provocado por la mejor hierba que te puedas imaginar. Un crecimiento psicodélico en el que se fuman esa mezcla de géneros que fluyen por la identidad del dúo desplazándose de forma natural entre el funk, el groove, la electrónica y el pop más actual. Nos llevan volando por un compilado de canciones bien cuidadas y masticadas sobre las que flotan sonoridades que son puro artificio junto a otras mucho más orgánicas, más tocadas, corpóreas (“Cuando duele”). Generando así un nuevo salto de definición de calidad en la propuesta y una reafirmación de la identidad del proyecto. Más fuerza, más poder, más baile… Un proceso de huída redondo de todo ese caos mental que les provocó la frenada por la pandemia y que necesitaban entender de alguna forma. Se han sumergido en su propio pozo sin fondo para limpiarlo, sonreír al mundo y materializar todo en forma de canciones de amor que generan una intimidad admirable.
Continúan siendo tremendamente cuidadosos con los detalles en cada entrega, pero a la vez no se les ve nada obsesionados con generar la pieza perfecta o alcanzar el éxito más rotundo. Conocen su posición en la industria y eso les ayuda a ser libres. Juegan, experimentan, gozan, derraman sangre con cada nuevo beat o riff de guitarra. Y, como resultado, nos regalan una lista de temazos sin prejuicios post pandémicos que nos vienen de lujo para resetear y darnos una nueva oportunidad de vivir. De ahí que hasta algunas de las nuevas canciones alcancen incluso sin miedo a tocar un synth-pop propio de la radioformula para luego romperlo y convertirlo en algo mucho más complejo. No hay nada previsible en el trabajo de Blanco Palamera, como tampoco se les puede encasillar dentro de una única escena o género. Se mueven por impulsos y, sin embargo, son precisos y cuidadosos en cada pequeño detalle a incorporar para engrandecer el resultado final de su obra. Una combinación no tan fácil de encontrar en la escena nacional actual.
En resumen, “INTIMIDADE” es un disco de exploración y análisis que aparece como resultado de poner sobre la mesa todas esas cosas que les apasiona a la hora de hacer música. De ser verdaderos creadores al margen de las necesidades de mercado. Un pulso constante a la vida con esencia setentera, una relación de pura sangre con la percusión y recorridos directos entre texturas contemporáneas que no tienen miedo a ensuciar, distorsionar o destruir para luego volver a empujar hacia la luz (“Verte ganar”). Una segunda entrega compleja dedicada al amor, al tiempo y a la esencia. El viaje definitivo para valorar lo que verdaderamente importa y afrontar lo que nos impide verlo con claridad para acabar con ello. Una pelea cuerpo a cuerpo con la vida de la que salen más que victoriosos y terminan con una gran sonrisa pese a las heridas de la batalla.
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