Grimmest Hits

A estas alturas de su vida (el pasado 2017 superó la barrera de los 50 años, y más de 30 sobre un escenario) no podemos esperar que Zakk Wylde nos sorprenda apareciendo con un disco innovador debajo del brazo. Ni le hace falta. Sabemos de su devoción por Black Sabbath y Ozzy Osbourne, con quien ha vuelto a tocar en esta temporada de parón de Black Label Society, y eso es precisamente lo que Wylde ofrece. Sin experimentos ni temas que nos hagan levantar la ceja por haber sido sorprendidos con lo que oímos: “Grimmest Hits”, a pesar de su confuso título, no es un álbum de grandes éxitos sino el décimo en la colección de la banda y contiene doce temas nuevos compuestos durante los cuatro años en los que la melena rubia más poliempleada del heavy se ha centrado en girar por todo el planeta con sus otros proyectos (Ozzy Osbourne y Zakk Sabbath).

El álbum tiene una dualidad claramente marcada, siendo sus proyectos al margen de BLS los que marcan los temas más rifferos, destilando carácter Black Sabbath y guitarreo “Osbourneizado” por los cuatro costados y en los que Zakk Wylde se luce como el grandísimo guitarrista rítmico que es a base de solos y riffs interminables y su voz en su registro más energético. En contraposición, el disco baja revoluciones y respira de tanto frenetismo riffero con la balada bluesera “The Day That Heaven Go Away” y la americana de “Nothing Left To Say”.