Evolución. Ese es el concepto que mejor define al cuarto disco de Muse. Si con “Absolution” cerraba una etapa, “Black Holes & Revelations” abre otra, aunque no suponga un espíritu excesivamente rupturista. Siguen sonando a Muse, si bien de una forma más atrevida.
Evolución. Ese es el concepto que mejor define al cuarto disco de Muse. Si con “Absolution” cerraba una etapa, “Black Holes & Revelations” abre otra, aunque no suponga un espíritu excesivamente rupturista. Siguen sonando a Muse, si bien de una forma más atrevida. Entrando en detalles, podríamos hablar de “Starlight”, directa, en la onda de “Showbiz” y con un montón de efectos sonoros, o de “Supermassive Black Hole”, primer single y una canción extraña que nos remite ineludiblemente a Prince pese a una estructura poco ortodoxa. “Map Of The Problematique” introduce novedades, como ese comienzo a lo Kraftwerk que deviene una pieza cercana al terreno de Depeche Mode. “Soldier´s Poem” cuenta con un trasfondo político acomodado en una relajante guitarra acústica que no se aparta demasiado del tono épico y barroco de su segundo largo. Pese a dejar entrever una filosofía cercana a “Absolution”, Muse nos sorprenden con “Assasin”, un corte muy rápido con una guitarra deudora de System Of A Down y un Matthew Bellamy más desatado y descontrolado que nunca, y así se mantiene durante buena parte del resto del disco. Aunque esas no son todas las sorpresas: en “City Of Delusion” se atreven con cambios de ritmo constantes, sonidos acústicos y eléctricos, violines e incluso trompetas a lo Calexico; “Hoodoo” se abre con una guitarra latina que rinde tributo al Quentin Tarantino de “Kill Bill” y echa mano de un piano menos presente que en discos anteriores. Para cerrar, “Knights Of Cydonia”, un corte especialmente indicado para todos aquellos que odian a Muse (ramalazo progresivo y un patrón muy similar al “Bohemian Rhapsody” de Queen).
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.