Casi seis años han pasado desde que viese la luz “Pop Voodoo” (MCA, 17), el que fuese más que aceptable regreso de Black Grape tras el momento álgido vivido por el grupo en los noventa, concretado mucho tiempo antes en torno al inolvidable “It's Great When You're Straight... Yeah” (MCA, 95). La dupla formada por Shaun Ryder (vocalista de Happy Mondays) y Kermit –aka Paul Leveridge– (de Ruthless Rap Assassins) certifica ahora definitivamente aquel retorno, firmando el que es su segundo disco de esta última etapa.
“Orange Head” es un álbum trazado entre hip hop, ska, funk, electrónica e indie-pop con acento a madchester, que suma mayoría de canciones marca de la casa que, por el camino, apenas han perdido el mojo ni ese descaro tan funcional. Un elepé que, de algún modo y durante ciertos momentos, no resultaría difícil emparentar con “Theatre Of The Absurd Presents C'est La Vie” (BMG, 23), el último e inspirado trabajo de Madness. Entre las destacadas estarían “In The Ground”, “Losers”, los singles “Pimp Wars” y “Dirt”, “Quincy” o la consistente “Milk”. Junto a ellas aparecen otras más discretas como la final “Sex On The Beach” e incluso alguna que otra pieza cuestionable, caso de “Button Eyes” con esa cadencia latina poco favorecedora.
“Orange Head” se desarrolla como un disco algo irregular que, entre sus diez eslabones, tiende a mantener la esencia (noventera) de Black Grape y deja mayoría de cortes que reverdecen laureles sin dificultad, conviviendo junto a otros más prescindibles que apenas aportan a la causa. Una referencia que, aunque un peldaño por debajo de su antecesora, resulta simpática e invita a adentrarse en ella, asumiéndose con la alegría habitual en cualquier reencuentro satisfactorio. Sobre todo, gracias a un ritmo latente siempre activo y que, en la práctica, resulta contagioso.
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