Cinco años se ha tomado Birdy para crear al sucesor de “Beautiful Lies” (16), y esta vez viene acompañada de Ian Fitchuk y Daniel Tashian, productores responsables de “Golden Hour” (18) de Kacey Musgraves. Aún es muy pronto para saber si “Young Heart” le dará a Birdy el premio a Álbum del Año en los Grammy de 2022, tal y como ocurrió con Musgraves en 2019. Pero lo que sí se puede decir con tan solo la primera escucha es que comparte bastante con aquel disco country. La importancia de las letras, las melodías y la voz (es decir, los ingredientes de toda la vida) frente a producciones complejas o estructuras innovadoras.
Esto último sorprende especialmente al conocer que la autora del trabajo tiene veinticuatro años, pero encaja si después caemos en sus raíces. Birdy nació en Lymington (Reino Unido) y, como buena artista británica, siempre ha sido partidaria de tirar por lo clásico musicalmente. Sin arriesgar demasiado, pero dando pasos firmes que hicieran sólida su propuesta y ganándose el respeto de toda una industria. Con cuatro álbumes a la espalda, ya nadie cuestiona el talento de Birdy a la hora de componer, cantar y tocar el piano. Instrumento que, como era de esperar, es el protagonista de este trabajo de una hora de duración. De hecho, son justo esas dos características las que hacen que “Young Heart” flojee y se acerque más al terreno de ciertas playlists soporíferas que al de un disco de esos que marcan carreras. O haces un álbum más breve en el que reine totalmente el piano, o planteas la idea de llenar esos sesenta minutos con un poco más de movimiento instrumental (y sí, me refiero a algo más que una guitarra acústica).
No obstante, bien es cierto que esos pequeños inconvenientes parten de una materia prima más que digna. “Young Heart” contiene temas que pasan bastante desapercibidos, pero hay otros como “Voyager”, “The Otherside” o “Surrender” que encuentran un huequito más que merecido en la mente del que las escucha. Birdy es capaz de hacer canciones de calidad y, algo que es más de admirar aún, tirando de vieja escuela. Tal y como podemos verla en la portada, parece que Birdy se encuentra cada vez más cómoda en su faceta de cantautora, con manta y guitarra bajo el porche incluidas. Si te metes en su perfil de Spotify, verás que muchas de sus canciones más escuchadas son las que le hicieron saltar a la fama, todas ellas covers de otros (“Skinny Love”, “People Help The People”…). Quizás Birdy, con estos nada menos que dieciséis temas nuevos, quiera dejar atrás todo aquello para convertirse en la compositora que lleva dentro. Si eso es así, va por buen camino.
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