Un lustro ya desde que el músico y activista británico entregara su último álbum en solitario, y como reza el tópico se puede afirmar que la espera ha valido la pena. “Tooth & Nail” es una colección de canciones en la que todo cuadra, mostrando a un Bragg maduro (que no domesticado) que se sigue moviendo como pez en el agua entre el country, su referencial folk, el soul suave y el pop. Añádase a todo esto una producción preciosista y precisa del incombustible Joe Henry, que ha sabido además dar al producto una leve pátina jazz en su sonido, y tenemos entre manos un disco de esos que perduran y que siempre ofrece nuevos matices. Para escuchar con calma, sin estridencias; imposible no dejarse llevar por sus aires pausados y por composiciones tan logradas como “No One Knows Nothing Anymore” o “There Will Be a Reckoning” o esa nueva revisión de su idolatrado Woody Guthrie que es “I Ain’t Got No Home”. Un logrado retorno de un músico que siempre está ahí, agazapado, pero que rara vez decepciona.
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