A estas alturas está claro que, si algo nos dejó 2020 fue, potencialmente, un catálogo muy amplio de opciones alternativas a la vida que teníamos pre-COVID; a retomar esas cosas para las que afirmábamos no tener tiempo nunca. Y quizá una de esas más gustosas aficiones era encerrarse en casa y sumirse en la historia y tradición del rock, discos, libros, viejas entradas y trastos; un micromundo bastante fetichista y que quizá empiece a sonar anticuado, pero una forma de evasión de la realidad bastante sana. Eso decidió hacer el líder de Green Day, el querido Billie Joe Armstrong, con este álbum de catorce versiones que lanzó durante el confinamiento y presentó en forma de disco a finales de noviembre.
Se dice que es su disco debut en solitario, pese a que realmente, el carácter del álbum es puramente contingente y no tanto el inicio de una carrera por sí mismo. A Billie le gustan los experimentos por el simple gusto de poder permitírselos, sin mayor aspiración futura, como ya se sabía que sucedería con The Boo, la banda que formó hace unos años con su propia mujer Adrienne y sus hijos Jacob y Billy. Pero también hubo un antecedente firmado de su puño, como aquél proyecto de 2013 en el que grabó junto a la neoyorkina Norah Jones, un homenaje íntegro al disco “Songs Our Daddy Taught Us” de Everly Brothers de 1958. Y la idea fue cuajando ya desde entonces y se hizo necesaria en el año maldito; en el que incluso en la propia Norah, la genial neoyorquina lanzó también en 2020, un disco de naturaleza semejante (ese picoteo musical lanzado poco a poco), como fue “Pick Me Up Off the Floor”.
Y lo que hace ahora Billie no es sino darse el gusto de grabar desde su home-studio estos covers que fue presentando desde el pasado 23 de marzo de 2020 en su canal de Youtube que, afirma, conforman buena parte de la banda sonora de su vida. El listado completo ofrece originalidad en la selección de los temas, y alguna sorpresa; este es uno de esos discos que son pura pedagogía del rock anglosajón, con algunos casos muy bien traídos al contexto de lo que ha sido un año complicadísimo. De tal modo, yo destacaría “Police On My Back” de The Equals como un claro guiño al Black Lives Matter tras la tragedia de George Floyd en Mineápolis, que sacudió América y al resto del mundo. No en vano, The Equals fueron una auténtica leyenda de los sesenta, precisamente por ser una banda interracial pionera.
Otro guiño podemos encontrarlo en esa versión de “Gimme Some Truth” de John Lennon, frente al paradigma informativo que vivimos hoy, en esta era de las Fake News. Y otro en la versión con la que arrancaría todo esto, "I Think We're Alone" de Tommy James And The Shondells con una primera explicación en redes en la que nos contaba el juego de palabras de que ahora “estamos todos solos” (por si alguien no lo pillaba). O la versión que da indirectamente título al álbum: “Manic Monday” de The Bangles. “Lanzaré una versión cada lunes hasta que nos dejen volver al mundo” afirmaba el bueno de Billie por entonces, con aquél optimismo que teníamos todos por esas fechas.
Se hace evidente el intento de traernos algo de buen rollo musical sin complicaciones, pero dejando la puerta abierta al pasado musical en el que indagar. Me ocurrió más directamente con la versión de “That Thing You Do!”. El que fuera el primer filme dirigido por Tom Hanks en el 96 (en España llamado “The Wonders”, como la ficticia banda) tenía ese halo de nostalgia de aquella década, en la que sin duda Billie ha querido emplear para su propia evasión en el pasado, con este one-hit-wonder del celuloide. Además es un claro homenaje al compositor, Adam Schlesinger, un grande del power pop moderno con sus apreciados Fountains Of Wayne, y una de las víctimas mortales del COVID, el pasado mes de abril.
El estilo de estos covers es casi una extensión del sonido de su banda. Está claro que el rollo iba a ser “greendayzar” estas piezas, y estamos encantados de que no fuera de otro modo. Entre las más sonadas también estuvo “That’s Rock ‘n’ Roll” de Eric Carmen, con vídeo animado incluido.
Otra gran anécdota es la versión “Amico”, del mítico cantante italiano Don Backy, aunque la pieza original es “Keep Away From Other Girls”, cantada por Helen Shapiro. Sí, es un recorrido extraño, el que hacen las canciones con el paso del tiempo. Como también es particular la vida de Billie, que hace poco obtuvo la ciudadanía honoraria de la ciudad italiana de Viggiano (Potenza), como ya ha pasado con otras estrellas del rock cuyos orígenes son italianos, como hace una década le fue concedido el mismo reconocimiento a Steven Tyler en Calabria. Son solo anécdotas, como este es un disco anecdótico. Pero quizá en esos pequeños detalles está el mensaje. Tal vez de todo eso va esto del confinamiento, la historia del rock y la vida en sí misma: de encontrar nuevos sentidos en viejas historias, o de cómo todos los círculos se van cerrando con premonitoria belleza.
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