Athlete llegan a su tercer larga duración en no muy buen estado de forma: después de debutar con el imperfecto pero acertado “Vehicles And Animals” (Parlophone/EMI, 04) se movieron –aunque fuera por culpa de difíciles circunstancias personales– hacia las coordenadas de la previsibilidad melódica en “Tourist” (EMI, 05).
Después de su poco inspirado predecesor parece bastante lógico que el cuarteto de Deptford se haya tomado su tiempo para atarse bien las deportivas y salir a la pista, dispuestos a arrasar. Lo han conseguido solo parcialmente: “Hurricane” es su mejor carta de presentación hasta la fecha, y “Tokyo” (segundo single) consigue, sin dejar nunca de sonar a Coldplay, hacernos bailar ligeramente. A partir de entonces llegan los medios tiempos, y con ellos el supuesto torbellino de “Hurricane” se va relajando, aunque recurra a la distorsión (“Airport Disco”), a la tecnología fría del “Head Music” que sentenció a muerte a Suede (“The Outsiders”) o se pierda en experimentos casi susurrados que, pese a la atmósfera Morr, no abandonan el terreno de la psicodelia espacial.
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