El simple hecho de que Ben Harper se haya reunido de nuevo con su banda The Innocent Criminals después de casi una década de no hacerlo, ya es de por sí una noticia excelente. Si además Harper se ha decidido a llamar a las cosas por su nombre y firmar su álbum más explícito y político, la cosa se pone interesante. La única pega es que cuando uno escucha la primera canción "When Sex Was Dirty" piensa que el álbum va a adquirir unos derroteros más duros y rockeros, como si de un Lenny Kravitz con enjundia se tratará, pero no acaba resultando así. “Call It What Is It” cambia pronto de cariz y en cada canción hay un registro distinto, mostrando las diferentes y ya conocidas caras de su autor. Esa es la principal pega del álbum: que su escucha recuerda a Harper por los cuatro costados, pero no presenta evolución en su propuesta. Por eso “Call It What It Is” se queda simplemente en correcto. Entra con meridiana facilidad y es cien por cien disfrutable, pero no es la gran obra que se le puede presuponer a un autor de su clase.
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