Vamos a empezar por lo básico: este es el mejor disco de Belako, porque es el que mejores canciones contiene. Y qué fácil sería seguir con "... y qué chavalas tan jóvenes (no tan jóvenes ya, vale ya con eso también), qué trayectoria tan impecable". Ya. Pero es que es verdad. Belako han ganado cada pequeña guerra a la que se han enfrentado y se encuentran en el momento perfecto para dar el salto. ¿Qué salto? No lo sé, ya lo veremos. Pero la verdad es que este periodo lleno de incertidumbre en el mundo cultural se antoja lleno de ambición para el cuarteto vasco.
Con un lanzamiento alargado hasta el infinito por ya sabemos qué (el primer adelanto se subió a Youtube hace seis meses... luego han venido otros siete), ahora podemos decir que la espera ha merecido la pena. Diez temas que plantean nuevos horizontes musicales y un concepto muy interesante, sobre todo tras la que nos ha caído: nuestras mierdecitas, nuestros dramas de plástico que no nos dejan enfocarnos en lo realmente importante.
Temas enfocados al baile puño en alto, los coros, el sudor y la fraternidad. Todo lo que ahora no se puede. Aunque solucionaron este tema en la gira de autocines, que mostró cercanía en estos tiempos complicados, y demostró que estas canciones están pensadas para el directo. "Profile Anxiety" puede ser el más claro ejemplo, ya que engloba todas las características arriba descritas, con un bajo muy juguetón como protagonista principal. "Tie Me Up" fue el primer tema que descubrimos de este trabajo, y recoge la melodía impecable marca de la casa, junto con la distorsión (a veces) muy bien llevada al extremo. Parece que "Sirène" supone el comienzo de algo: la primera canción íntegramente en francés (Cris, ya era hora) y un medio tiempo que explota solo al final y de una manera muy controlada. De hecho, ese podría ser el leitmotiv de este trabajo. Están la distorsión, la euforia, los gritos... pero ya no necesitan ir a tope. Un claro ejemplo es "marinela2017", que oscila en todo el rango de intensidades de Belako. Un simple break de batería cambia conceptualmente la canción: del poso marinero al comienzo, pasa a aunar distorsión y melodía marca de la casa y acabar en sonoridades casi stoner.
Pero sin lugar a dudas, el principal valor de “Plastic Drama” es precisamente la canción que le da nombre. Si no mueves el culo al ritmo de esa línea de bajo, con el juego con la batería, con la melodía de voz... en fin, tú te lo pierdes. Larga vida a Belako.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.