Nunca he sido muy devoto de 50 Cent y de su estilo. El de Queens tiene un talento natural para los estribillos, sí. Ésa es su gran carta, la del tipo duro con un flow discutido pero una habilidad soberbia para los hooks. Reconozcámosle también que siempre se ha mantenido fiel a sí mismo. Incluso sus ataques de autoindulgencia forman parte del personaje, encajan perfectamente en el relato que Curtis Jackson construyó a modo de autobiografía ideal del chico del Ghetto, el guión al que hasta ahora se ha ceñido y en el que “Before I Self Destruct” supone uno de los capítulos más crudos y honestos. Si bien este nuevo trabajo aporta pocas novedades, 50 vuelve a mostrarse como un MC hambriento y depredador. Se me hace difícil imaginar qué otro rapero con millones de ventas podría cantar un tema como “Death To My Enemies”, uno de los cortes más descarnados de un trabajo en el que el MC ha decidido echarse todo el peso a la espalda, una batalla espartana. Exceptuando los obligados guiños a la audiencia femenina, “Before I Self Destruct” muestra la cara más interesante de 50 Cent. Aunque siga sin convencernos su falta de clase, sí lo hace su fuerza bruta.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.