Hyperspace
DiscosBeck

Hyperspace

7 / 10
Raúl Julián — 25-11-2019
Empresa — Capitol Records
Género — Pop

Beck Hansen es una de las figuras más deslumbrantes y originales surgida en la década de los noventa y, con "Mellow Gold" (Geffen, 94), se convirtió en paradigma de modernidad, además de escenificar a aquel “perdedor” que todo el mundo adoraba. Un cuarto de siglo después, el californiano cuenta con una carrera sólida y dilatada, a lo largo de la cual no ha dejado de evolucionar y cambiar de registro constantemente. Por el camino ha manifestado sus diferentes personalidades creativas, en una serie de retos de los que siempre ha salido (con más o menos claridad) triunfador. Así se sucedieron consecutivamente el autor anguardista, el hedonista, el profundo, el experimental, el gamberro o el intimista.

Dos años después del más bien inocuo "Colors" (Capitol, 17), el vocalista regresa con el que es ya su decimocuarto álbum de estudio y en el que, en cierto sentido, parecen converger varios de esos talantes artísticos. Si bien la referencia tiene en el electro-pop esa base común que de algún modo armoniza las piezas, "Hyperspace" (Capitol/Virgin EMI, 19) no deja de ser una especie de cajón de sastre, en el que Hansen da rienda suelta a su creatividad apuntando en diferentes direcciones. Lo hace con cierta irregularidad, agrupando composiciones de diferente pelaje pero también valía y alternando así joyas que añadir al catálogo destacado con otras anecdóticas o directamente fallidas. El álbum comienza con el introductorio minuto y medio de la brumosa “Hyperlife”, antes de dar paso al efectivo y exótico medio tiempo “Uneventful Days”, mientras que “Saw Lightning” es algo facilona pero resulta funcional recreada sin tapujos en su propia lúdica. “Die Waiting” (junto a Sky Ferreira) es una de las gemas del disco, apurando esa faceta nostálgica e introspectiva que también aparece en otras destacadas como “Dark Places” y la evocadora “Stratosphere”. Entre las que podrían ser intrascendentes se sitúan “Chemical”, esa especie de acercamiento al R&B que es “See Through”, o el tema que da título al elepé (con la colaboración de Terrell Hines). Por su parte, “Star” es una convincente representación del Beck de toda la vida, y “Everlasting Nothing” ejerce como majestuoso cierre con el que dejar buen sabor de boca.

Sería arriesgado afirmar que, en conjunto y en media, "Hyperspace" (Capitol/Virgin EMI, 19) es uno de los grandes discos del firmante, situándose éste lejos del calado emocional de "Sea Change" (Geffen, 02) y "Morning Phase" (Capitol, 14) -el último trabajo mayúsculo del angelino hasta la fecha-, la locura irresistible de "Midnite Vultures" (DGC, 99), el asombro del mencionado debut o la excelencia y amplitud de miras del insuperado Odelay (Interscope, 96). Pero, a cambio, contiene al menos media docena de canciones de gran nivel. Un bagaje que no solo invita a mantener la confianza en el músico, sino que prueba que Beck sigue siendo un creador necesario, respetado, inquieto y capaz de agitar. Aunque, como en este caso, sea de manera intermitente.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.