Beber y doler
DiscosGyoza

Beber y doler

7 / 10
Jaime Tomé — 06-05-2024
Empresa — Bandicoot Records
Fotografía — Archivo

El quinteto barcelonés Gyoza está de regreso con un nuevo trabajo de corta duración en el que pasan casi completamente de su inglés habitual al español a través de cinco temas -seis contando su intro instrumental- en los que ha vuelto a meter mano el propio Adrià Marva, guitarrista y vocalista del grupo, en la producción y grabación. Esta última ha sido realizada entre el estudio -y sello- Bandicoot- de Adrià y Cal Pau Recordings.

Casi todos hemos tenido que experimentar -o vamos a tener que hacerlo en algún momento- la muerte de cerca, teniendo que pasar casi obligatoriamente por un periodo oscuro en el que posiblemente nos demos a los excesos consumiendo más alcohol, medicamentos u otras sustancias para intentar llenar de alguna forma el vacío que nos deja la partida de una persona teniéndonos que “comer”, en consecuencia, una etapa de ansiedad, anhedonia y depresión de la que parece imposible salir.

Precisamente de esas ausencias y sus secuelas trata “Beber y doler”, de cómo una persona va discurriendo por sí misma en una introspección total para tratar de digerir un evento traumático como es una muerte prematura. Tras una intro de minuto y medio que recuerda bastante a los ingleses The XX, la canción homónima al EP hace de entrada con un bajo y batería espesos y corpulentos que golpean bien duro en la cara. Curioso que, a pesar de la temática lírica del EP, hay más rabia y agresividad instrumental de la que quizá se podría esperar cuando se tratan estos asuntos.

En “Querencias” siguen merodeando la rabia y angustia en representación de esa ansiedad que despersonaliza y va marchitándote como los lirios tras un funeral, mientras que “Opacitas Vinum” (traducción al latín de “la opacidad del vino”) hace unos guiños instrumentales finales propios de los Muse más metaleros de hace dos décadas. En este mismo tema es donde parece haber un paso importante hacia la resignación y entrega, que atendiendo esa teoría que Elisabeth Kübler-Ross ideó en relación con el duelo podría tener que ver con esa fase de depresión inevitable para empezar una transición de aceptación del suceso trágico.

Aunque Gyoza hayan decidido pasarse al castellano -al menos en este EP-, esto no ha afectado en absoluto a su sonido moderno y contundente muchas veces cercano al metal que suena tanto a los ya mencionados Muse como a Queens Of The Stone Age, a los que evocan en “De esos polvos, estos lodos” para seguidamente clausurar con “Afterlife” acompañados de las voces rasgadas adicionales de Violeta Mosqueta (BALA, Moloch, Faul) en un cierre que nos pone en la piel del protagonista de esta historia -seguramente autobiográfica de algún miembro de la banda-, que cuenta los días y horas entre botellas mientras empieza su sanación.

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