Seguramente a Bear's Den no les preocupe mucho, dada la buena acogida que se les ha dispensado desde el minuto cero, pero los británicos escaparon – de forma más menos consciente – del sambenito de nuevos Mumford & Sons o nuevos Noah & The Whale con un "Red Earth & Pouring Rain" (2016) con el que se distanciaban del folk rock expansivo para abrazar los sintetizadores noctívagos y sumergirse en esa América que tanto les fascina, y que tanto absorbieron a través de los relatos de Raymond Carver y las películas de Robert Altman. El vasto territorio por el que luego giraron con ahínco.
Entre las cuerdas de nylon y las luces de neón, en el llamado difícil tercer álbum optan por el camino intermedio: la combinación de minimalismo y tacto acústico con otras composiciones en las que destacan los arreglos lustrosos, en las que todo adquiera un tono abrillantado. Por vez primera han prescindido de Ian Grimble (The 1975, Simone Felice, Travis, Beth Orton, Texas) para delegar esta vez en Phil Ek (The Shins, Fleet Foxes, Father John Misty), pero el discurso del tándem que forman Kevin Jones y Andrew Davie no cambia en lo esencial: tonadas confesionales (y convencionales) talladas al molde de grandes audiencias, de estupenda factura. Resultonas. Perfectas para sonar ante vastas explanadas. Intensas o intensitas, según las encaje cada cual de acuerdo con su bagaje y su propio universo de referentes.
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