Diez años después de publicar su mejor disco, Beach House regresan con su octavo disco de estudio, “Once Twice Melody”, a aquellos picos creativos que supusieron “Teen Dream” (10) y “Bloom” (12). Un disco doble de dieciocho canciones y ochenta y cuatro minutos de duración que recompensará con creces a aquellos dispuestos a sumergirse en él.
La única pega que he visto repetida con respecto al disco es su excesiva duración pero creo que el dúo de Baltimore, formado por Victoria Legrand y Alex Scally, ya se había adelantado a ello entregando el trabajo por partes, como si fueran cuatro EP’s, “Pink Funeral”, “New Romance”, “Masquerade” y “Modern Love Stories”. Los que no tengan el tiempo suficiente para perderse en sus sugerentes surcos, pueden hacerlo por partes, aunque pienso que la experiencia gana si se hace del tirón y es que desde ese maravilloso arranque con la canción titular y “Superstar“ hasta llegar al maravilloso final con “Modern Love Stories”, el disco hace que el tiempo invertido en él valga la pena.
Hay que recordar que una de sus aventuras fue meterse en llevar al directo el maravilloso “No Other” de Gene Clark, junto a un reparto de estrellas de la música independiente, pues bien este “Once Twice Melody” es su intento de lograr un disco tan exuberante y ampuloso como ese, creando su particular wall of sound, con cuerdas, baterías y hasta solos de guitarra, pero sin olvidar nunca su esencia, ese sonido dream pop del que han sido la mejor bandera durante todo el siglo XXI.
Ese acercamiento al rock clásico, siempre desde una perspectiva propia, se nota en canciones como “Sunset”, cuyo inicio acústico parece sacado directamente de Tom Petty, o “The Bells”, donde parece como si George Harrison estuviera tocando la guitarra, algo que seguro que buscaron adrede, ya que hace años cuando entrevisté a Victoria Legrand y le pregunté por sus discos favoritos “All Things Must Pass” fue el primero que salió de su boca, otro disco, como “No Other”, con una producción maximalista, esta vez a cargo del mismísimo Phil Spector.
Pero lo bueno es que, a pesar de todas esas influencias comentadas, hay otros momentos en los que se puede rastrear la huella de Spiritualized, de su querido Angelo Badalamenti o, incluso, de The Cure. El dúo sigue sonando fiel a sí mismo. A pesar de ese sonido gigante, son capaces de seguir sonando íntimos, aunque ahora su paleta parezca más amplia. Y es que “Once Twice Melody” es un lienzo de proporciones enormes de dream pop etéreo sobre corazones rotos.
Como todo buen disco doble que se precie cada cual tendrá unas canciones favoritas diferentes. Yo me quedo con la inmediatez de la canción titular, la majestuosidad de “Superstar”, la calma de “ESP”, la radiante “New Romance”, la melancolía de “Sunset”, los guiños ochenteros de “Masquerade”, esa melodía sacada del Brill Building en “The Bells” o el perfecto colofón que ofrece la espectacular “Modern Love Stories”.
Si se confirma lo que Legrand y Scally han dejado caer en recientes entrevistas y “Once Twice Melody” se convierte en el capítulo final de la historia de Beach House, no tengo dudas de que ha sido un colofón casi perfecto, volviendo a alcanzar la intensidad del pico de la banda con los maravillosos “Teen Dream” y “Bloom”. Puede que “Once Twice Melody” no marque nuevos territorios para la banda, pero sí que es la perfecta condensación de su estilo. Si a eso le añadimos algunas de las mejores canciones que han grabado nunca, tenemos un disco que tiene muchas posibilidades de convertirse en el favorito de los seguidores de la banda, su particular Doble Blanco, el disco al que recurrir cuando nunca se tiene suficiente de Beach House.
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