Después de su celebrado «36 Weeks», todos los enteradillos se llenaban la boca con nombres como Ben Harper, Ani DiFranco y Jeff Buckley. Hay que reconocer que Paul tiene un punto en común con ellos: que todos beben de la tradición folk americana. «Battleship» contradice, en cierta medida, las comparaciones fáciles arriba mencionadas. Éste es, si cabe, un disco con una producción más cuidada, con temas más complejos que no se alejan de la línea presentada en «36 Weeks», sino que profundizan en ella. Así, el emo-folk (podría llamarse así) que practica Paul Fustér se concreta mucho más en temas como el magnífico «Spoon And A Jewel» o el primer single «One By One». Su música encuentra nuevos matices en cortes como «Wellcome» o «Not To Be» y Paul perfila definitivamente su propuesta con un disco repleto de emociones. Que Paul Fustér esté viviendo en Cataluña es tan sólo una anécdota, sus canciones son, como él, producto de experiencias que superan el ámbito geográfico más inmediato. «Battleship» es el disco de un artista cuya mayor pretensión es mostrarse al mundo tal como es, desnudo y honesto. Y conocerle es amarle, créanlo.
Hi, Kirk! Thanks for the stellar arilcte greek yogurt sure has taken the dairy aisle by storm lately, and anything that helps raise awareness is nothing but good' in our eyes. Happy spooning!