Transitando por el camino que une la electrónica dosificada con el after punk, buscando el reflejo en las sombras de la escena española y vasca de los ochenta (Parálisis Permanente, Corcobado, Décima Víctima, El Desván del Macho), el grupo pamplonés pacta, como de costumbre, un contrato surrealista con la actualidad, tanto en el plano social, político y personal, que es, precisamente, el que nunca caduca.
Con esa poderosa imagen que da nombre a su sexto disco y las que siguen (“Un coche bomba estalla en Moscú/ Venecia apesta cada día más/un ferry a la deriva sin capitán”), el quinteto continúa manejando y retorciendo el diccionario para hacer de las letras y la voz su instrumento más musical, alimentando el espejo de esperpentos, solo que la reverberación es más directa y ágil en comparación a trabajos anteriores. Si en “Toro”, el single de “Diamantes” (Mushroom Pillow, 11) había hedonismo malsano, en “Babel”, ya no hay rastros de búsqueda de placer. Y mientras antaño el coqueteo con la citada electrónica se notaba in crescendo, pero ligero, ahora los sintetizadores entran a degüello tras la intro y comienza la sucesión de mantras marinos.
Se muestran bordes, a la defensiva, extraños con ellos mismos, y por ello, ponen banda sonora a representaciones que no se le pasarían por la cabeza ni a David Lynch. Como un mal sueño, o la fase que en la posterior duermevela inquieta más que la propia pesadilla, “Ballenas muertas en San Sebastián” se convierte en su elepé más interesante (y para mí, el mejor), por ir arriesgando una zancada más allende del pop tal y como lo conocíamos. Incluso cuando canta Cristina Martínez, lo cual no me había pasado hasta ahora, su dulzura se torna perturbadora. Y eso me gusta.
totalmente de acuerdo con la crítica. desde la primera escucha me engancho progresivamente y lo hace cada vez que lo escucho de principio a fin recorriendo un montón de sensaciones distintas… gran disco!
Está bien; tiene momentos increíbles..... Pero no le llega a la suela de los zapatos a La Gallina o a Diamantes. Un arpón de grillos, MGMT, Cenizas, La Marca en nuestra frente, Toro, Perlas, .... No hay comparación posible. Se pasaron de sórdidos.
Sin duda alguna su peor trabajo, siento decirlo, sin la brillanted de anteriores trabajos.
Kikeko
Un disco increíble lleno de rincones en los que perderse. Cada canción el escenario perfecto para ir descubriendo poco a poco las letras. Una maravilla. Con muchas ganas de encontrármelos en directo este verano.
Que grandes volviendo a la oscuridad de los origenes