En el improbable caso de que algún aficionado a este tipo de maneras expeditivas aún no hubiera respondido a la llamada de la dupla gallega formada por Ánxela Baltar (guitarra/voces) y Violeta Mosquera (batería/voces), el error en cuestión quedará subsanado con la llamada de atención inesquivable que supone el que su cuarto álbum. “Besta” queda materializado a base de golpes en la mesa y proclamas gritadas al oído de un oyente subyugado ante la furia intrínseca de doce canciones.
El álbum se abre con la reivindicativa “Equivocarme”, un single incontestable en forma de declaración de intenciones que cuenta con las colaboraciones de Dani Miller (Surfbort), Laurispunkis (GRIMA), y una de las mujeres más míticas en la historia del punk de este país como es la ex Parálisis Permanente Ana Curra. Algo más sofisticada y a la vez industrial luce “Inmutables”, a la que sumar el explícito apocalipsis que alberga “Verde”.
“Ouveo” es la excepción a la regla, un emotivo medio tiempo que rememora al amigo de cuatro patas desaparecido y que, con la ayuda de Tanxugueiras y en gallego, transita entre lo visceral y la canción tradicional. Por su parte, la acelerada “Prisas”, “Estás” y “Todo muy mal” –está última con ecos a The Smashing Pumpinks– son singles en potencia, con “Fuera” y “Jugar” luciendo una densidad cercana al metal. “3 veces” vuelve a contar con Curra en pleno alegato feminista de brujería, mientras que “No eres” y “Nada más” se dejan caer hacia el indie-rock.
“Besta” es, en definitiva, un torrente de punk-rock imparable y con miga en la que rascar, de aspecto asfixiante y solidez instrumental insólita para un power-dúo que consigue potenciar estrepitosamente sonido y pegada. Bala llevaban ya un tiempo haciendo ruido y con la presente entrega (casi un manifiesto) realzan con mala baba su propia esencia, apuntan a matar y aprietan el gatillo para detonar ese disparo certero tras el que resultará del todo imposible ignorarlas.
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