Ha conseguido llevar con éxito lo mejor de su manejo de Instagram, entretenimiento de primer orden durante la cuarentena, a la música: mucho y bueno, y siempre mostrando una versión genuina. Bad Bunny va rapidísimo. Es el único artista capaz de sacar dos discos en dos meses, sin bajar el listón. Este último, con juego de actualidad en el título, “Las que no iban a salir”. Vende el puertorriqueño, todo caras B de su biblioteca. En realidad, diez argumentos más para su reinado.
Bad Bunny ha hecho de la –aparente– no-estrategia, difícil distinguir lo natural de lo postizo en un momento en que lo más retorcido quiere oler igualmente a fresco, una forma soberbia de relacionarse con el mundo. En un ‘live’ anduvo el conejo mostrando algunos cortes, como quien presume de fondo de armario. No iban a ser canciones editadas, decía. Al final lo han sido. Y postulan a convertirse en el producto pop que más rápido, y mejor, ha hablado del universo ‘encierro’.
Es habitual que todo en el puertoriqueño transmita una adictiva espontaneidad y despreocupación. Más si cabe en este largo. La de Yandel, tal cual: “Canción con Yandel”. La de Nicky, “Bad con Nicky” (en la línea de “Yo perreo sola”). Y chimpón. De la balada al bombo hiperacelerado. Entremedias, “Pa’ romperla”, con Don Omar y una base asesina a lo “One more time”, o “Más de una cita”, con colabo de Zion & Lennox y aspirante también a millones de escuchas gracias a un dulcísimo estribillo.
No sólo el título remite al confinamiento en “Las que no iban a salir”. Temas como “En casita” o “Ronca style” tienen referencias de antes de ayer. Como si las canciones fueran ya lugares donde volcar el momento tan rápido como cualquier red social. Algo de mentalidad muy trap, pero unos escalones por encima en la producción. Bad Bunny lee el presente a velocidad, lo procesa y lo escupe siempre en un formato de acomodo singular, entre el hit y la base suficientemente especial.
De nuevo, el artista no ha dedicado sólo su tiempo a construir rompepistas. Vuelve a haber incursiones en debates feministas: “Si ella sale” o “Bye me fui”. En definitiva, el título de su anterior disco, el acrónimo de “Yo hago lo que me da la gana”, va camino de consagrarse en leitmotiv discográfico. Un epígrafe válido para todo lo que haga el joven puertorriqueño.
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