Debí tirar más fotos
DiscosBad Bunny

Debí tirar más fotos

9 / 10
Daniel Grandes — 10-01-2025
Empresa — Rimas Entertainment
Género — urban

No puede ser casualidad que Bad Bunny haya tenido la capacidad, a lo largo de toda su carrera, de convertir cada uno de sus discos en monolitos que marcan un punto de inflexión no sólo en el panorama musical hispanohablante, sino también incluso en nuestra historia reciente. Cada uno de sus proyectos largos, cada una de sus transformaciones estéticas, parece haber tenido la innata capacidad de presentarse como retrato sonoro del momento en el que salieron a la luz —o, incluso, como augurio de lo que nos acechaba a la vuelta de la esquina—. Con X100PRE(10), el puertorriqueño consolidó el trap latino como esa mina de oro aparentemente inagotable. Dos años después, "YHLQMDLG (2020) confió en la promesa de futuro que estos sonidos albergaban cristalizando en sus veinte ya históricos temas a un Benito que, efectivamente, hizo lo que le daba la gana —a un Bad Bunny por encima del reggeaton y del trap— a penas unas semanas antes de que ninguno de nosotros pudiera hacer absolutamente nada de lo que nos daba la gana.

Por eso mismo quiso homenajear a “LAS QUE NO IBAN A SALIR” (20), sean estas canciones a priori desechadas o jóvenes hastiadas por el confinamiento pandémico, y coreografiar dos solitarios años más tarde una festiva ceremonia de clausura del coronavirus con “Un Verano Sin Ti” (22). Y es que incluso álbumes que podríamos llegar a considerar menores como EL ÚLTIMO TOUR DEL MUNDO(20) o nadie sabe lo que va a pasar mañana (23) pueden ser también comprendidos como presagios sonoros: el primero, ese clímax definitivo de la naturaleza omnipotente del sonido urbano —de un Bad Bunny ya entendido como género musical en sí mismo, del trap como en nuevo pop— y el segundo, ese “X100PRE” crepuscular que abrió el debate sobre la vigencia del trap post-pandémico. Lo que está claro es que, incluso durante estos últimos meses en los que Benito ha desaparecido de la conversación cultural, Bad Bunny ha sido nuestra chachalaca, ese pájaro cuyo canto anuncia la inminente lluvia. Sabemos que Bad Bunny sigue siendo capaz de predecir el futuro (de la industria), pero en “DeBÍ TIRAR MáS FOToS” es el propio Benito quien nos explica desde el sofá de su casa que está cansado de ser nuestro Nostradamus del urbano.

El sexto álbum de estudio del puertorriqueño está mucho más preocupado por ser puertorriqueño que por ser un sexto álbum de estudio. Este es un disco hecho de espaldas a la industria y de cara a un compromiso visceral con esas imágenes que podrían quedar encerradas en el pasado, con esos sonidos tradicionales que se proyectan al futuro y con diecisiete desestresadas canciones que retratan a un Benito que nunca había estado tan presente. “DeBÍ TIRAR MáS FOToS” no está de cara a Puerto Rico, sino que es Puerto Rico. Bad Bunny retrata este brillante paisaje sonoro con una sensibilidad muchísimo más centrípeta que centrífuga, utilizando el género musical como herramienta política y, como si de sinónimos se trataran, como mecanismo de justicia poética. La esencia emotiva de esta fiesta caribeña recae sin duda en el mágico equilibrio que Benito encuentra entre su comprometida faceta ideológica y la naturaleza hedonista de sus ritmos patrios, entre la introspección nostálgica acompañada de una reconfortante infusión casera y la explosiva euforia que uno sólo puede encontrar bajo la oscuridad intermitente de un club desconocido a las tres de la mañana (allí, o en “YHLGMDLG”). “Por la noche bebiendo tequila, por el día matcha”, asegura el puertorriqueño en “KETU TeCRÉ”.

Es coherente entonces que el primer adelanto del disco fuera “EL ClúB”, precisamente por el incoherente diálogo que lleva a cabo con el resto del álbum. Benito articula sobre ese elegante beat de suave deep house una elegía celosa a su ex mientras que, en un videoclip bizarramente caótico, su imagen se glitchea y explota hasta perderse en un desbordante maremoto de imágenes pesadillescamente incoherentes (es decir, hasta perderse en Internet). “Mami, ese no soy yo”, exclama este melancólico empedernido en un tema que parece funcionar como ese mental breakdown que uno sufre en la gran ciudad justo antes de darse cuenta de que necesita volver a casa, con su gente y sus sonidos. Benito aterriza así en Puerto Rico sampleando la icónica salsa de El Gran Combo en “NUEVAYoL” y transformándola en un sugerente dembow de ásperos bajos que vuelve a demostrar que hablar de géneros musicales ya es un anacronismo —“¿cómo Bad Bunny va a ser rey del pop con reggaeton y dembow”?—.

Esos sonidos tradicionales puertorriqueños encuentran su espacio más espontáneo en “BAILE INoLVIDABLE”, una oda al recuerdo que, tras un mentiroso sintetizador de Troya que nos traslada brevemente al urbano, explota en el sueño húmedo de cualquier amante de los bailes de salón, en una jam session de salsa que convierte a Bad Bunny en ese Miles Davis que iba conduciendo con su propia voz la estructura sonora de “You’re My Everything” (58). También es emocionante la pureza de las percusiones folklóricas de “CAFé CON RON”, colaboración con Los Pleneros de la Cresta que supone tanto un hermoso homenaje a la plena puertorriqueña como a ese café de tarde que acaban convirtiéndose en un ron cola de madrugada. De hecho, lo que sobró de esa botella de ron comprada a medias acabó volcada en “PIToRRO DE COCO”, una resaca navideña en la que Benito encarna el alma trágica del bolero susurrándonos al oído su faceta más desesperanzada pero sincera.

Bad Bunny no olvida el reggeaton como extensión inseparable de él mismo y su tierra —”aquí nací yo y el reggeaton”—, regalándonos varios clásicos instantáneos para los devotos de “YHLQMDLG” y “Un verano sin ti”. No falta ni la mítica sirena de “Safaera” en “VOY A LLeVARTE PA PR”, un recopilatorio de sonidos indiferenciables de la historia del reggaeton desplegada en este purista beat de Tainy con doble referencia a Rosalía incluida (véase la cita a las lyrics de “VAMPIROS” al final del tema). Algo en “PERFuMITO NUEVO” podría recordar a esa veraniega colaboración con Bomba Estéreo que supuso “Ojitos Lindos”, pero esos sintetizadores de EDM —que por un momento parecen invocar a Bizarrap— y la espléndida voz de RaiNao aportan a este sorprendente ritmo de reggeaton una enérgica emocionalidad, una inesperada pulsión de frenetismo. Aunque algo menos efectiva, el despreocupado delivery de Omar Courtz y Dei V nos transporta a la década pasada al mismo tiempo que vuelve a señalar a Puerto Rico como capital mundial del perreo.

Imposible no sentir un visceral déjà vu al escuchar la melodía inicial de “La Santa” reinterpretada en la intro de “KLOuFRENS” o sentir cierta paranoia al detectar, como si de una sútil cacofonía se tratara, la voz femenina del epílogo de “Si Estuviésemos Juntos” en algunas estrofas de la monumental “EoO”: sucesora espiritual de “Safaera”, cápsula del tiempo a una felicidad pre-pandémica, bombardeo sin filtros del maestro Tainy; violencia lujuriosa, lujuria violenta, pura fisicidad en una de esas canciones que demuestran el poder incontestable de los ritmos latinos. En el otro lado de la moneda está la conmovedora “BOKeTE”, una balada fantasmal inundada por la niebla, uno de esos poemas que nos levantan un poco del suelo y que recuperan una faceta de Benito punzantemente entregada a la tristeza y al romanticismo —como ya demostró en su infravalorada “TRELLAS”—. Una entre un millón, sorprendentemente emocionante.

Piel de gallina perreando, piel de gallina añorando y piel de gallina cuando Bad Bunny nos invita al bailoteo melancólico con “DtMF”, tema que parece contener en su interior todas las intenciones del disco. Al igual que ocurre durante todo el viaje por Puerto Rico que nos narra ‘DeBÍ TIRAR MáS FOToS’, Benito mira aquí al pasado con melancolía, al futuro con tranquilidad y al presente con la felicidad de quien sabe que echa de menos mientras abraza a los que sí están. Su gente y su tierra acaban de fundirse en este entrañable himno de dulces percusiones que, aún no ser tan explícitamente política como la crítica a la gentrificación que vertebra “LO QUE LE PASÓ A HAWAii”, invita a una entrañable reivindicación de los paisajes que los nuestros disfrutaron, a convertir cualquier pequeño instante en imagen si eso significa no perderlo nunca. Por eso mismo Benito saca una foto a las voces que hacen los coros de “DtMF”, por eso mismo Bad Bunny nos canta de espaldas en “DeBÍ TIRAR MáS FOToS”. Nosotros también deberíamos estar escuchando el proyecto más personal del puertorriqueño de espaldas, mientras miramos a los ojos a los nuestros a través del visor de la cámara, mientras lloramos por los que ya sólo existen en nuestra galería del móvil y mientras soñamos con la próxima vez que sonará Bad Bunny mientras salimos con los que seguro que seguirán aquí.

 

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