Éste era el último cartucho que tenían Backyard Babies en la recamara. Conscientes de que están al filo de la navaja, que se juegan el cuello, han puesto toda la carne en el asador con la intención de recuperar una forma que se ha puesto demasiadas veces en entredicho.
Sus dos últimos largos supusieron ligeros fiascos en comparación con los intocables “Total 13” y “Making Enemies Is Good”. Y con la inminente desbandada en The Hellacopters, alguien debe subsistir en el naufragio escandinavo. Con el reto de convertirse en reyes de América ya en el olvido y unas ganas enormes de reverdecer laureles, se han aplicado y han recuperado el equipo de trabajo que tan buenos resultados les dio en “Total 13”. Ahora ya no intimidan y se han domesticado, aunque dejan entrever las ganas de hacer pupa como en el pasado. Lo consiguen con pepinazos cortos y certeros como “Degenerated”, cuando suben las revoluciones en “Idiot” o con los teclados diabólicos de “Voodoo Love Bow”.
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