Back To Nowhere

Es evidente que Bigott lleva tiempo instalado en una zona de confort desde la que no tiene problema en publicar a razón de álbum por año (como mucho, cada dos temporadas), optando por la autoedición y funcionando al margen de cualquier lógica marcada por la industria. Una tendencia concretada en discos cortitos que transitan con ritmo y marcados punteos entre preferencias por el indie norteamericano de los ochenta y noventa, convertidas en canciones convincentes tras pasar por el (por otra parte) reconocible filtro de Borja Laudo y compañía. Los zaragozanos vuelven a beber de The Feelies, Yo La Tengo, Guided By Voices, Pylon y el jangle-pop de The Clean o The Chills, en una misión que deja como resultado once nuevas piezas.

El gran logro del combo radica en que, a pesar de haber sacrificado cualquier atisbo de sorpresa, la fórmula sigue funcionando parcialmente, y sería raro que no fuese dada de paso por los seguidores del aragonés… y de todas aquellas bandas mencionadas como influencias. Un ocaso, sobre todo, en comparación con la frescura de aquellos primeros trabajos con los que apareció en escena y comenzó a ser un secreto a voces entre el circuito de salas de Zaragoza, caso de “That Sentimental Sandwich” (King Of Patio, 06) y “What A Lovely Day Today” (Auto, 07).

Puede acusarse a Bigott (y no sin motivos) de reincidir en sus propias artimañas y preferencias, pero no es menos cierto que la capacidad del autor y su troupe para seguir alumbrando nuevos títulos con tan generosa frecuencia resulta loable. Sobre todo, tras ser capaces de mantener el nivel notable de “We Are One” y “New York Dance”, con ecos de The Velvet Undergound y Dinosaur JR respectivamente, o en gemas como “Easy To Love”, el corte que da título a la referencia, “Baby I Can Dream” “C’Mon” o “We Are One”.

“Back To Nowere” no puede (ni tampoco pretende) presumir de albergar novedad alguna; tampoco se sitúa entre lo mejor de un autor que por el camino dejó obras enormes como “Fin” (King Of Patio, 08) y “This Is The Beginning Of A Beautiful Friendship” (Gelmar, 09). Pero, a cambio y con esa sensación de hacerlo todo fácil, Laudo vuelve a firmar algunas destacadas que sumar a lo más granado de su catálogo, acompañadas de otras que dan el pego lo suficiente como para justificar el lanzamiento en cuestión. Eso, y su personalidad desvergonzada luciendo innegociable en los conciertos, resulta bagaje más que suficiente para que el invento continúe adelante sin levantar quejas ni sospechas relevantes.